EL RETO que enfrentan las autoridades de la CDMX en el Centro Histórico tiene un grado de complicación inédito por la cantidad de facciones en pugna y por la violencia con la que actúan.
LA SITUACIÓN ahora es muy distinta a la de 1997 cuando la izquierda comenzó a gobernar el entonces DF y había grupos muy definidos de ambulantes con líderes fácilmente identificables y zonas de influencia muy claras.
LAS LIDERESAS de los años noventa, como Alejandra Barrios y Guillermina Rico, cobraban cuotas, repartían espacios y usaban a sus agremiados para apoyar política y electoralmente al PRI o al PRD, pero operaban más como sindicatos que como organizaciones criminales.
ES CIERTO que tenían constantes disputas territoriales, aunque estas no pasaban de los empujones, los golpes y uno que otro descalabrado la mayoría de las veces.
EL HECHO es que el panorama ha cambiado mucho desde que los cárteles locales del narcotráfico, como La Unión y La Antiunión, se metieron de lleno al “negocio” del cobro de piso.
AHORA, los viejos liderazgos del ambulantaje se están disputando con el crimen organizado un millonario botín y no lo están haciendo a golpes sino a balazos y con sicarios.
TAMPOCO es menor el desequilibrio que ha provocado en ese frágil “ecosistema” la irrupción de los comerciantes chinos con sus megaplazas, sus productos y hasta sus garitos clandestinos.
VAYA papa caliente le tocó heredar a Clara Brugada, quien está recibiendo un bautizo de fuego al frente del gobierno local.
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UNA BUENA: aunque nos tuvieron que poner el ejemplo en EU, en México también hay causas criminales abiertas contra Genaro García Luna y se está analizando pedir su extradición.
UNA MALA: que esa extradición depende de que el ex funcionario abandone la cárcel en la Unión Americana.
UNA PEOR: que la condena que acaba de recibir el ex secretario de Seguridad de Felipe Calderón es por casi 39 años y, para cuando la termine -si es que llega- tendría ¡94 años de edad!
ASÍ ES QUE, si la “solicitud de extradición” no es una burla del titular de la UIF, Pablo Gómez, y del gobierno de México, vaya que lo parece.
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EN 2014 se aprobó una reforma a la Ley General de Educación para prohibir la comida chatarra en las escuelas y, 10 años después, sigue siendo letra muerta.
AHORA, el titular de la SEP, Mario Delgado, dice que el lunes se dará a conocer un nuevo plan para evitar la venta de esos productos desde el jardín de niños hasta las universidades y que, ahora sí, se va a cumplir.
NO ES por ser aguafiestas pero como que esa promesa ya la oímos antes y -sarcasmo incluido- esos planes han sido ¡pura botana!