La semana pasada tuvo lugar el CEO Dialogue, encuentro que tiene como propósito promover la inversión privada y generar recomendaciones de política pública que fortalezcan la relación bilateral y detonen la competitividad en la región.
Se sabe que las conversaciones más relevantes en este tipo de encuentros se dan a puerta cerrada y con convocatorias más pequeñas. Sin embargo, más allá de lo que haya sucedido tras bambalinas llaman la atención algunos puntos.
Se anunciaron proyectos de inversión por 20 mil millones de dólares. Así como se pueden inaugurar repetidamente obras incluso sin terminar, también se puede repetir lo anunciado.
Ese es el caso con gran parte del monto anunciado. El monto incluye, como algunos medios señalaron, inversiones pasadas y futuras. El anuncio de la inversión de Mexico Pacific por 15 mil millones de dólares en una terminal para reexportar gas natural se dio hace muchos meses. Lo mismo sucede con la inversión de Amazon anunciada en febrero de este año (proyecto ya avanzado) aunque el monto de la semana pasada es mayor en mil millones. El proyecto de Woodside Energy en el que participará Pemex tampoco es nuevo.
No son inversiones menores son, sin duda, relevantes. La inversión ¿cuando de inversión real se trata? es bienvenida. Pero se anunció lo que ya se sabía. Se anunciaron proyectos que incluso ya están en marcha.
Procede también hacer algunos comentarios sobre el monto. En primer lugar, algo de esos 20 mil millones ya llegó y por ende ya está contabilizado, otros llegarán en 2025 y otros se materializarán, con suerte, a lo largo de varios años. En segundo, tampoco es un monto extraordinario. Tampoco son exhaustivos, si México llegara a ofrecer mejores condiciones podría atraer significativamente más recursos.
Durante 2023, entraron al país 36.28 mmdd, ligeramente por debajo de lo recibido en 2022. Se estima que 2024 cerrará con entradas por este rubro cercanas a 37.56 mmdd, de los cuales por las cifras con las que contamos hasta el momento la enorme mayoría es reinversión de utilidades. En el monto de nuevas inversiones registradas significativamente menor al de 2023 hay que considerar además que hay algo ya contabilizado de los anuncios de la semana pasada.
Ante estos montos y esos anuncios, ¿dónde queda la ola de nearshoring? ¿Esa es la captación de inversión extranjera a la que México puede aspirar? Si el valor del sector “electricidad, agua y gas” conforme al Inegi del segundo trimestre de este año se encuentra 25% por debajo del correspondiente al último trimestre de 2018 quizás deberíamos replantearnos los objetivos. Más allá del valor intrínseco de este sector, ¿cómo pensar en mayores montos de inversión más significativos si no podemos garantizar el insumo inicial del cual parten los demás procesos productivos?
La reforma al Poder Judicial no es ya un elefante en la sala. Es la principal razón detrás de la parálisis de la inversión local y extranjera y la que explica la necesidad de anunciar lo ya conocido. Pero hay otros elefantes dando vueltas. Los cambios propuestos en materia energética y ya aprobados por la Cámara de Diputados también juegan en contra de la inversión, como también lo hace la incertidumbre derivada del proceso de revisión del acuerdo comercial que tenemos en puerta.
No bastarán las palabras de la presidenta para dar certidumbre. La inversión y el crecimiento necesitarán más que palabras.
@ValeriaMoy