Por: Eduardo Sojo Garza-Aldape
Guanajuato fue cliente frecuente en las mañaneras del sexenio pasado y al parecer va a seguir siéndolo. Hace unos días se mencionó en una mañanera que el modelo de desarrollo de Guanajuato había fracasado; declaración claramente insostenible al analizar con datos duros la evolución de nuestro estado en las últimas tres décadas.
Guanajuato, sin duda, tiene importantes desafíos que superar, entre los que destaca, por mucho, la inseguridad; pero negar los avances que ha tenido es un despropósito. Para evaluar un modelo de desarrollo tenemos que tomar una perspectiva amplia, en la que se tome en cuenta la inseguridad, pero también la economía, la pobreza, los avances en materia de salud, educación, el estado de derecho, la calidad en el empleo, el medio ambiente y en general, todos los elementos del desarrollo para los cuales tenemos información.
En materia económica, pasamos en los últimos 30 años de ser la economía número 8 a ocupar el quinto lugar. El crecimiento del PIB per persona fue el cuarto más importante entre los estados de la República y más del doble del promedio nacional (59.3% vs 22.0%). Nadie podría decir que Guanajuato fracasó en materia económica.
Pero los buenos resultados de Guanajuato no solo se han dado en la economía, también se han reflejado en los indicadores sociales, que en nuestro país son publicados por el CONEVAL: somos la quinta entidad federativa que más ha disminuido la pobreza alimentaria desde que existe información para todos los estados del país, es decir, desde el año 2000; la pobreza extrema multidimensional es menos de la mitad que la nacional (3.2% vs 7.1%) y en materia de desigualdad pasamos de la posición número 21 a ocupar el tercer lugar en el coeficiente de Gini entre el año 2000 y el 2022.
La comunidad estadística a nivel mundial ha buscado cómo evaluar el desarrollo de todos los países bajo la misma métrica desde el primer cálculo del Producto Interno Bruto en los años cincuenta del siglo pasado, pasando por los esfuerzos por cambiar el enfoque del crecimiento económico y concentrarse en las personas, de donde surgió el Índice de Desarrollo Humano; después ha habido iniciativas para incluir la calidad del medio ambiente, la seguridad, la riqueza (no solo el ingreso), la felicidad, el balance entre la vida y el trabajo, la igualdad de género, el compromiso cívico y una gran cantidad de aspectos relevantes para el desarrollo.
El último y más amplio esfuerzo por medir el desarrollo de manera integral son los Objetivos de Desarrollo Sostenible acordados en el seno de las Naciones Unidas, que incluyen 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible y 169 metas específicas a lograr entre 2015 y 2030, y poco más de 300 indicadores para darles seguimiento. Se trata de un plan de acción en favor de las personas, el planeta y la prosperidad, por lo que se conjugan las dimensiones económica, social y ambiental, sobre la base de un buen gobierno, donde se incluyen aspectos relativos a la inseguridad y a la gobernanza.
En ese contexto, y bajo el liderazgo de Jeffrey Sacks, la organización Sustainable Development Solutions Network (SDSN), en forma conjunta con otras instituciones, han desarrollado una metodología para estimar el avance de los países en el cumplimiento de los ODS. En esa medición México ocupa el lugar 80 de 167 países.
En el caso de las entidades federativas, Citibanamex, con el apoyo del IMCO, el Centro Mario Molina y la Fundación NovaGob México, presentó hace algunos meses el Índice de Estados Sostenibles (IES), cuya metodología se basa en el trabajo desarrollado por SDSN.
En ese índice Guanajuato ocupaba el lugar número 12 entre las entidades federativas del país en el 2015 y subió al octavo lugar en el año 2023. El estudio se puede consultar en: https://ics.novagob.mx
Un aspecto interesante de esta investigación tiene que ver con el análisis de tendencias, dado que al tener al menos dos puntos en el tiempo es posible inferir si el ritmo que llevan las entidades federativas es suficiente o no para alcanzar las metas al 2030. La conclusión es que prácticamente todas las entidades federativas tienen avances, pero esos avances son insuficientes para alcanzar los ODS.
El caso de Guanajuato es especial porque dado el avance que ha tenido desde el 2015 sería el estado de la República que más temprano alcanzaría el óptimo de los ODS de seguir con la tendencia. Es decir, si tomamos en cuenta el indicador más completo para medir el desarrollo, resulta que Guanajuato destaca, entre todos los demás estados, por sus avances.
Una declaración, así sea hecha en una mañanera desde Palacio Nacional, no puede ocultar esa realidad.
RAA