PESE A TODOS los riesgos y retrocesos que representa Donald Trump, anoche el mundo se fue a dormir temiendo despertar hoy en una pesadilla: su regreso a la Casa Blanca.

EL PROBLEMA de fondo es ¿qué lleva a la mitad de los votantes norteamericanos a elegir a alguien que miente descaradamente, que socavó la democracia y que es un delincuente condenado por diversos delitos? La respuesta: el discurso antiinmigrantes.

INCREÍBLE que quien lo derrotó hace cuatro años, Joe Biden, fue quien le dio a Trump el boleto de regreso. La retórica del republicano contra la supuesta invasión por la frontera sur le sirvió para culpar a los migrantes de todo: de la falta de trabajo, de los altos precios y hasta de comerse gatos. ¿Y por dónde cruzan esos extranjeros de distintos países? Claro, desde México. 

VAYA RETO tiene enfrente Claudia Sheinbaum, pues todo indica que deberá dedicar presupuesto, tropas y lo que tenga a la mano para sellar la frontera. De lo contrario, el costo puede ser muy alto para México. 

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POR CIERTO, otra de las promesas de Donald Trump debe tener muy preocupados a varios políticos mexicanos: la idea de declarar como grupos terroristas a las bandas de narcotraficantes. De concretarse, la investigación y la persecución iría no sólo contra los capos, sino contra aquellas autoridades de México, de todos los niveles, que han sido cómplices, por obra o por omisión. 

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AL FINAL, un solo voto, el del ministro Alberto Pérez Dayán, salvó al gobierno de Claudia Sheinbaum de enfrentar su primera crisis constitucional. Quienes saben cómo andaban los ánimos dentro de la 4T, cuentan que desde el Ejecutivo y el Legislativo ya tenían preparada la ofensiva para contrarrestar un eventual fallo adverso de la Suprema Corte.

SEGÚN ESTO, la idea era revirar mediante un proceso parlamentario, con la presentación de una nueva iniciativa que se votaría en noviembre. Esta reforma les permitiría nombrar al sustituto del ministro Luis María Aguilar, quien se retira el último día de noviembre. Con un nuevo integrante del pleno afín al oficialismo, buscarían blindar un tercer intento de reforma judicial. 

HABÍA VOCES de simpatizantes morenistas que pedían prácticamente disolver la Corte, inclusive, llevar a juicio político a los 8 ministros rebeldes. Pero ya no fue necesario nada de eso, pues la reforma judicial, con todas sus fallas y defectos, se queda como está.

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AUNQUE no faltaron quienes llamaron “traidor” al ministro Pérez Dayán y hasta lo compararon con el senador panista Miguel Yunes Márquez, quien dio el voto clave en el Senado para aprobar la reforma judicial, también hubo quienes reconocieron la congruencia del jurista. 

NUNCA ocultó sus discrepancias con la reforma judicial, pero ayer votó como siempre ha votado en estos temas. Y ahí se acabó la historia de la resistencia.

 

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