En una charla para un grupo de empresarios de la región, presenté el escenario 2025 de la economía nacional y regional orientado a sus interrogantes sobre sus expectativas de inversión. Los Consejos de Administración y las cámaras empresariales, son un espacio interesante para analizar el entorno y prospectar sobre todo el posible comportamiento del mercado de consumidores, así como de las tasas de inflación, paridad e interés. Pero faltaba la presentación del Paquete Económico del Gobierno federal para el año 2025 y aunque este pasa por el Congreso, lo más probable es que sea aprobado como se presentó, dada la mayoría que tiene el partido Morena.

El entorno de Norteamérica no cambia mucho, aún con la victoria de Trump, y el nuevo Gobierno federal con Claudia Sheinbaum tiene una proyección austera del presupuesto y de mantener los programas sociales. Optimista es lo que pretende la Secretaría de Hacienda al considerar que el crecimiento económico del PIB esté entre el 2 y el 3%, ojalá fuera posible, pues los analistas y las áreas económicas de bancos, terminan siempre teniendo razón y esto parece muy difícil de alcanzar. Y como de esto se nutre precisamente el presupuesto de egresos, parecería complicado. Como se esperaba, no hay “reforma fiscal”, sino un compromiso de mantener la inflación controlada a menos del 4%, y con un déficit también bajo de deuda pública.

Pero en mi opinión, lo que podría complicar el escenario de corto plazo, es la preparación de la renegociación del T-MEC y el comportamiento de la tasa de interés, pues la tendencia nacional sería bajarla, para activar la economía mexicana. Aquí he sostenido que estructuralmente, las pensiones (se anuncia el programa de pensiones para mujeres mayores de 60 años) y los programas sociales, parecen insostenibles para un presupuesto que destina cada vez más al consumo y menos a la inversión. Es austero, porque plantea recortes muy considerables a las dependencias federales y a los estados, con la idea de que debe “hacerse más, con menos”. Me sorprende la disminución real de los subsidios a las universidades públicas que tienen enormes problemas estructurales por el enorme peso de las pensiones de sus trabajadores que las hacen inviables a muchas de ellas.

Sheinbaum destinará el siguiente año casi uno de cada tres pesos del gasto programable federal a las pensiones, tanto contributivas como no contributivas. La Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) plantea que, en el 2025, el gasto en pensiones contributivas (como las que dan el Seguro Social y el ISSSTE) sume un billón 637,700 millones de pesos, un incremento de 4.8 % en términos reales respecto al 2024. La Pensión Universal de los Adultos Mayores (pensión no contributiva), el gobierno gastaría 483,427.6 millones de pesos en todo el 2025, una reducción anual real de apenas 0.33 %, siendo por mucho el programa social más costoso para la administración federal. Así, el gobierno destinaría 2 billones 121,128 millones de pesos a pensiones tanto contributivas como no contributivas, lo que representa una locura: 32 % de todo el gasto programable para el próximo año. Así, en el gasto programable total, el gobierno destinará 3.6 % más a las pensiones el próximo año.

El gasto programable (el que destina el gobierno para proveer bienes y servicios a la población y que puede modificar a discreción) tiene poco margen de maniobra: educación, salud, inversión física o los programas sociales siguen creciendo y no se incrementa el ingreso. Para 2025, la SHCP proyecta que el gasto programable será de 6 billones 527,600 millones de pesos, una reducción real de 3.6 % en comparación con el año en curso. El gasto no programable (aquel que el gobierno destina para cumplir con sus obligaciones y que no puede mover a discreción), como la deuda, las participaciones a los estados y municipios o los adeudos de ejercicios fiscales anteriores, es todavía más complicado de evitar. 

En resumen, a Guanajuato las participaciones federales parecen serán como en el sexenio anterior: el Gobierno federal no incrementará. No habrá obra pública federal y en términos reales, el gobierno de Guanajuato tendrá una reducción en participaciones (dinero creado por guanajuatenses vía el ISR), así que el dinamismo regional, solo dependerá de la inversión extranjera, la reinversión productiva, la diversificación de ingresos locales y el ambiente de confianza de los consumidores junto con la atracción a nuestras ciudades turísticas y de eventos masivos. Lo que sabemos hacer.

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