Una las primeras acciones exitosas de Peña Nieto, consistió en la suscripción del Pacto por México, gracias al cual, fueron promulgadas 11 Reformas Estructurales llamadas a generar un gran impacto en el desarrollo del país. Ahí estaba la reforma en materia de telecomunicaciones, la laboral, la financiera, la hacendaria, por mencionar algunas. La energética llegó después de 75 años de estatización suicida de esta trascendental actividad económica. La educativa se proponía capacitar y evaluar a los maestros, al mismo tiempo que se creaba un modernísimo modelo educativo, “aprender a aprender”, con nuevos programas de estudio. La reforma turística convertiría a México en una potencia turística mundial, con 40 millones de visitantes internacionales en 2018.

Durante el gobierno de Peña Nieto fueron creados más de 4 millones de empleos, cifra superior a la acumulada en los dos sexenios anteriores. El número de derechohabientes del IMSS, llegó a 20 millones; el salario mínimo logró un incremento del 16% sin efectos inflacionarios asociados, el mayor de los últimos 40 años. El flujo de la Inversión Extranjera Directa alcanzó los 192,000 millones de dólares con los consecuentes beneficios en materia de generación de riqueza y empleo. Se construyeron hospitales y clínicas con una inversión superior a los 31 mil millones de pesos. México se consolidó como una potencia exportadora de alimentos a casi 190 países, con valor de 35 mil millones de dólares. Se empezó a construir el AICDMX, un promisorio Hub de beneficios incuantificables.

Peña nutrió y respetó 335 tipos de fideicomisos públicos y análogos que albergaban cerca de 855 mil millones de pesos. Se crearon o convirtieron en autónomos, la Comisión Reguladora de Energía, la de Hidrocarburos, el Consejo Nacional de Evaluación de la Política Social, el IFE se transformó en INE y la PGR fue sustituida por la Fiscalía General de la República, a la que se dotó de autonomía. Se renegoció el Tratado de Libre Comercio de América del Norte. ¿Qué hubiera sido de México si a AMLO hubiera renegociado el tratado.? ¿Eh.? Peña cuestionó a Maduro, se opuso al populismo, cooperó con EU en el marco de la Iniciativa Mérida, anunció la creación del Diálogo Económico de Alto Nivel, DEAN para explotar la vasta relación económica con nuestros vecinos del norte. Creó la Secretaría de Cultura, una maravilla para México. Peña heredó estabilidad económica, política y social; finanzas públicas sanas, con 78% más de contribuyentes y una deuda manejable y decreciente.

AMLO destruyó el Pacto por México, y el AICDMX, derogó la mayoría de las Reformas Estructurales y endeudó a la país a extremos incalificables. En lugar de crear empleos productivos, dispuso ilegalmente del ahorro público para chantajear a las clases más necesitadas, privándolas de los debidos derechos laborales, tal y como ocurre con el 54% de la fuerza laboral sepultada en la informalidad. AMLO, acabó con la separación de poderes, con el Estado de Derecho, al desaparecer al Poder Judicial. Deprimió el crecimiento económico, puso al país en poder del narco. Extinguió la Financiera Desarrollo Agropecuario, con sus terribles consecuencias. Exterminó el Seguro popular, el Insabi y el abasto de medicamentos. Dispuso ilícitamente de miles de millones de pesos de los fideicomisos públicos e insiste, en la sombra, en extinguir los organismos autónomos, garantes de nuestra democracia. Las relaciones con nuestros vecinos del norte padecen uno de sus peores momentos en nuestra historia moderna. ¿Qué queda de la Secretaría de Cultura.?

Peña Nieto guarda un sospechoso silencio del otro lado del Atlántico, mientras disfruta su fortuna mal habida, sin lamentar que una caterva de bárbaros no solo destruye su obra, sino el patrimonio político y económico de todos los mexicanos. No se presenta a defender a la patria herida de muerte, porque se sabría perseguido, como innumerables políticos, por la “justicia” mexicana”. AMLO y Peña suscribieron el famoso pacto de impunidad, mediante el cual acordaron que el primero se abstendría de encarcelar al segundo, siempre y cuando éste último le garantizara el acceso a la presidencia de la República. En razón de dicho acuerdo canallesco, México hace agua a babor, a estribor, en proa y en popa, mientras a bordo, la sociedad mexicana, brinda embriagada ignorando su trágico destino inmediato.

 

Leave a comment

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *