Desde que en su campaña electoral para gobernar Guanajuato, la Lic. Libia García Muñoz Ledo anunció que en su administración no continuaría como Fiscal General del Estado el Lic. Carlos Zamarripa Aguirre, aún cuando su periodo de vigencia terminara en el año 2028, causó expectación. Muchos no lo creían, pero pasadas las elecciones y después de los resultados, cuestionaban a la Gobernadora Electa, sobre esa “promesa de campaña”.
Vino luego la noticia del propio Carlos Zamarripa quien informó de su renuncia al cargo sin mayor explicación, pero eso sí, con efectos hasta el 1º de enero del año 2025. Así que entonces, hoy día 8 de diciembre, estamos a escasas tres semanas de su retiro.
Esta situación ha disparado varias actividades, especulaciones y movimientos legislativos. El primer detalle de inquietud política fue que debido a la conformación de los diputados en el Congreso del Estado, la fracción del Partido Acción Nacional, con sólo dieciséis curules, no alcanza a las dos terceras partes de treinta y seis legisladores, para designar libremente al nuevo Fiscal General.
Vino luego la reforma al párrafo segundo del artículo 95 de la Constitución Política de Guanajuato para eliminar los requisitos de oriundez y arraigo para quien ocupe el cargo de Fiscal General, publicada el 3 de diciembre en el Periódico Oficial.
Estos dos temas se combinaron en los corrillos políticos dando sentido a la versión de qué el nuevo Fiscal General, podría ser fuereño; impuesto o a sugerencia del gobierno federal (leáse Claudia Sheinbaum o García Harfuch) para lograr sumar la votación de los once diputados de Morena y aprobar el nombramiento, de ahí la iniciativa impulsada por la propia Gobernadora Libia García.
Aprovechando la celebración de varios congresos, eventos de seguridad y justicia, conferencias, etc., en estos últimos meses, se anduvieron mencionando diversos nombres de posibles sucesores o aspirantes a suceder al Fiscal Zamarripa (quien deja la vara muy alta o los zapatos muy grandes con sus casi dieciséis años de ejercicio en el cargo). Hasta vinieron “visitantes casuales”, como el Lic. Renato Sales Heredia, reciente Fiscal del Estado de Campeche, con la Gobernadora Layda Sansores, recalcitrante morenista, quizá para que lo fuéramos conociendo.
En el seno del Congreso del Estado, se comenta o filtra (ahí todo se filtra, por la pluralidad partidista) que Juan Carlos Romero Hicks, ex Gobernador de Guanajuato, se encarga de entrevistar y sondear a abogados posibles a ocupar el cargo de Fiscal General y pide que “Dios los ilumine en esa encomienda”.
Pero simultáneamente a la búsqueda de propuestas, los diputados integrantes de la Junta de Gobierno y Coordinación Política presentaron una iniciativa, para reformar el artículo 95 de la Constitución Política para Guanajuato y el artículo 18 de la Ley Orgánica de la Fiscalía General de Guanajuato. En ellas destacan los siguientes puntos: a) reducen la duración del cargo de Fiscal General de nueve a siete años; b) facultad del Gobernador del Estado para remover libremente al Fiscal General; y c) facultad del Gobernador del Estado para destituir al Fiscal General por causas graves.
Como corolario de este proceso que inicia, podemos resumir que aquí en nuestro Estado de Guanajuato, no necesitamos acudir a personajes de otras latitudes para encontrar quien ocupe el cargo de Fiscal General, contamos con suficientes juristas capaces y con experiencia. Entre varios, permítaseme mencionar a algunos que aunque no sean “monedita de oro”, son merecedores de calificativos de honestidad, experiencia y formación académica; me refiero a los Maestros Juan Manuel Álvarez, Daniel Chowell Arenas, Manuel Vidaurri, Jose Carlos Guerra, Hector Tinajero Muñoz, Sebastian Barrera y varios más. El día 2 de enero de 2025 habrá forzosamente un Fiscal General provisional, en tanto se desahoga el procedimiento para el nombramiento del nuevo, lo cierto es que quien sea deberá reunir estas características y expectativas.
El cargo de Fiscal en Guanajuato es de vital importancia en el contexto actual de seguridad y justicia. La Entidad ha enfrentado retos significativos en los últimos años, marcados por un aumento en la violencia y la complejidad del crimen organizado. Por lo tanto, es fundamental que el nuevo Fiscal reúna una serie de características clave que le permitan abordar estos desafíos de manera efectiva y responsable. A continuación, se detallan las principales cualidades que debe poseer:
1. Integridad y Ética Profesional
La integridad es una característica indispensable para cualquier funcionario público, especialmente para un fiscal. La confianza de la ciudadanía en el sistema de justicia depende de la transparencia y la honradez con la que se actúe. El nuevo Fiscal debe demostrar un compromiso inquebrantable con los principios éticos, evitando cualquier conflicto de interés y actuando siempre en beneficio de la justicia. Además, debe ser capaz de rendir cuentas y mantener una comunicación abierta con la sociedad.
2. Experiencia y Formación Académica
Un fiscal competente debe poseer una sólida formación en derecho penal y experiencia práctica en la procuración de justicia. La trayectoria profesional debe incluir el manejo de casos complejos, así como una comprensión profunda de las leyes y regulaciones locales, estatales y federales. La experiencia en la investigación criminal, el trabajo en juicios y la colaboración con otras instituciones de seguridad son elementos esenciales que le permitirán al fiscal abordar los problemas actuales de manera informada y efectiva.
3. Compromiso con los Derechos Humanos
El respeto por los derechos humanos es una obligación fundamental para cualquier funcionario encargado de la justicia. El nuevo fiscal debe garantizar que todas las acciones emprendidas en la persecución del delito se realicen de conformidad con los derechos y libertades fundamentales de los ciudadanos. Esto implica no solo evitar abusos, sino también promover una cultura de respeto hacia los derechos humanos dentro de su equipo y en la comunidad.
4. Habilidades de Liderazgo
La capacidad de liderazgo es crucial para el nuevo fiscal, ya que debe coordinar y dirigir a un equipo de profesionales en un entorno a menudo estresante y desafiante. Un buen líder inspira confianza y fomenta un ambiente de trabajo colaborativo, donde cada miembro del equipo se sienta valorado y motivado para contribuir a la misión de justicia. Además, debe ser capaz de tomar decisiones difíciles y asumir la responsabilidad de los resultados.
5. Enfoque en la Prevención del Delito
La lucha contra la criminalidad no puede limitarse únicamente a la persecución de delitos; es esencial adoptar un enfoque integral que incluya la prevención. El nuevo fiscal debe trabajar en conjunto con organizaciones comunitarias, educativas y de salud para desarrollar estrategias que aborden las causas subyacentes del delito. Esto podría incluir programas de rehabilitación para jóvenes en riesgo, campañas de concientización y la promoción de la participación ciudadana en la seguridad, aunque para algunos estudiosos del Derecho, ésta no sea función de la Fiscalía sino de la Policía Preventiva, estimamos que una visión moderna de esa área debe incluir estas actividades como las mencionamos, no como actividades meramente policiacas.
6. Comunicación Efectiva y Transparente
La comunicación es una herramienta clave en la relación entre el fiscal y la ciudadanía. El nuevo fiscal debe ser capaz de informar de manera clara y accesible sobre los avances en investigaciones, así como sobre las políticas y acciones de la fiscalía. Fomentar un diálogo abierto con la comunidad es esencial para construir confianza y colaboración, lo que puede resultar en un mayor apoyo ciudadano en la lucha contra el crimen, no puede permanecer encapsulado, aislado y misterioso, sino mantener un perfil empático con la ciudadanía y accesible a sus demandas.
7. Capacidad de Adaptación y Resolución de Problemas
La situación de seguridad en Guanajuato es dinámica, lo que requiere que el nuevo fiscal sea flexible y capaz de adaptarse a nuevas realidades. Debe estar preparado para enfrentar desafíos inesperados y desarrollar soluciones innovadoras a problemas complejos. Esto implica un enfoque proactivo en la identificación de tendencias criminales y la implementación de estrategias que respondan a estas amenazas de manera efectiva.
8. Compromiso con la Justicia Social
El nuevo fiscal debe tener una visión que no solo busque la condena de los delincuentes, sino que también promueva la justicia social. Esto implica entender que la mayoría de los delitos tienen raíces en problemas sociales, económicos y culturales. La rehabilitación y reintegración de los delincuentes a la sociedad, así como el apoyo a las víctimas, son aspectos esenciales que deben ser considerados en la labor del fiscal; sería de más actualidad y visión futurista no represora.
9. Colaboración Interinstitucional
La seguridad y la justicia son responsabilidades compartidas. El nuevo fiscal debe fomentar la colaboración entre diferentes instituciones, como la policía, el poder judicial, organizaciones no gubernamentales y la sociedad civil. Trabajar en red y establecer protocolos de cooperación será fundamental para abordar la criminalidad de manera integral y efectiva. Sobre todo privilegiando su cercanía con el Poder Judicial y la uniformidad de sus criterios.
Hasta aquí el panorama integral para Guanajuato en esta importante temática.
PAULINO LOREA. 8/12/2024