Realmente me dio mucho orgullo y a la vez, tristeza, escuchar y leer el último informe de la Ministra Presidenta de la SCJN,  Norma Piña.

Orgullo, porque esta sencilla y sabia mujer puso varios puntos sobre las íes de lo que ha sido su demócrata gestión al frente de una Suprema Corte asediada y perseguida.  Tristeza porque a pesar de sus enormes esfuerzos y su lucha hombro con hombro con la gente que conforma nuestro Sistema Judicial y l@s ciudadan@s comprometid@s, no se ha logrado nada.  Tristeza por el desaire que le hicieron los otros dos Poderes , Legislativo (Noroña y Gutiérrez Luna) y Ejecutivo (Sheinbaum), de nuestra República, al no asistir.  ¿Se darán cuenta que su majadería nos afecta a tod@s l@s mexican@s? ¿Se darán cuenta que no es “su” decisión sino el protocolo que marcan nuestras leyes?.   Sí, ya sé que desde el Gobierno anterior, nuestras leyes parecieran no importar… ¡pero SÍ importan y son un ejemplo a seguir (o no) por los demás.   Aunque tal vez, como opinaron varios politólogos, esto honró más aún a la Ministra.  

Norma Piña dejará su puesto, junto con otros seis Ministr@s, el 31 de agosto del 2025, puesto que renunciaron al no estar de acuerdo con la Reforma Judicial que se nos avecina.  L@s del partido en el poder, están de plácemes… tod@s los demás estamos de luto porque sabemos que esto es solo la continuación de la destrucción de México.  

Nuestra valiente Presidenta, denunció que tres sentencias adversas al Gobierno, dictadas en dos meses del 2023, fueron las que recrudecieron la campaña permanente de ataques contra el Poder Judicial.  Ellas fueron, en abril, la invalidez del traspaso de la Guardia Nacional a la Secretaría de la Defensa Nacional;  en mayo, la nulidad del decreto del presidente anterior, para clasificar como seguridad nacional y exentar de trámites sus obras prioritarias;  y en junio, la cancelación del Plan B de reformas electorales.  Por ello, dijo, “los Ministros fuimos acusados de traidores, corruptos, aliados de minorías rapaces y de la delincuencia organizada y de cuello blanco;  incluso se realizaron alegorías en ataúdes de algunos de nosotros”.  “La Suprema Corte actuamos como nos corresponde, como un tribunal Constitucional… solo hicimos nuestro trabajo”.  

Y continúa sus acusaciones:  “Una muestra de injerencia política fue el intento de Morena en 2021, para prolongar hasta el final del sexenio la Presidencia de Arturo Zaldívar [ahora funcionario del Gobierno de Sheinbaum]”.  “Posteriormente se impulso la Reforma Judicial del 2024, y se volvió una práctica generalizada violar abiertamente las suspensiones dictadas por los jueces federales en contravención directa a la Constitución, desestimando la autoridad del PJF y de los jueces y magistrados en particular. También se volvió una práctica recurrente amenazar a jueces, magistrados y ministros con persecuciones penales y juicios políticos” [como está ocurriendo ahora, con la Jueza Nancy Juárez Salas que fue suspendida por una acusación del 2022… ¡ni siquiera aceptan que es porque ordenó a Claudia eliminar del Diario Oficial la publicación del decreto que valida la Reforma Judicial!].

También destacó:  “No soy solo yo, sino también la academia y los organismos internacionales, los que advierten que todas estas campañas constituyeron amenazas y ataques a la independencia judicial, y consecuentemente, una muy peligrosa práctica antidemocrática”.  “La Reforma Judicial, además de no tener precedente a nivel mundial, tiene dos problemas de origen:  se hizo sin diagnóstico y se basa en una narrativa falsa, repetida una y otra vez, una posteridad que no apeló a hechos objetivos, sino a emociones y sentimientos. [Un sabio conocido mío dice “que la creencia es más fuerte que la evidencia”].  Al igual, cuestionó que “por qué no hay iniciativas del Gobierno para mejorar las policías, las fiscalías, la atención a víctimas y un sistema penitenciario en ruinas, en vez de concentrar todos sus esfuerzos [y ataques, agregaría yo] en transformar los tribunales”.

Y para terminar, agrega sus buenos deseos, aunque deja muy clara su postura:  “Espero que la finalidad de esta reforma, por el bien de México, no consista en destruir sino en construir un mejor sistema de protección de los derechos humanos;  un mejor control de regularidad Constitucional;  un mejor sistema de contrapesos entre los poderes del Estado, todo ello en beneficio de la sociedad y de nuestro país, pero esto solo se verá con el tiempo”.  “Ninguna falla justifica la eliminación de tajo, de la carrera judicial;  menos aún, el establecimiento de un sistema que, según la experiencia comparada, no solo no abona a la impartición de justicia, sino que la politiza”.  “Por ello, siempre sostendré que la existencia de un Poder Judicial Federal autónomo e independiente, ajeno a los vaivenes de la política, es un requisito indispensable para la defensa de nuestra democracia que tanto trabajo nos ha costado construir”.   Y su final fue majestuoso:  “El trabajo de cada uno, es la mejor voz;  y lo que hace cada uno en la labor cotidiana por la justicia, es su legado.  La congruencia, la ética, el trabajo, la perseverancia, la excelencia, la dignidad son y serán la mejor carta de presentación ante el escrutinio de la historia”.

Le aplaudieron todos los asistentes (excepto, claro, las tres Ministras adeptas al régimen)… un minuto y de pie.    ¡Un gran orgullo para nuestro México, y en especial, en este caso particular, para nosotras, las mujeres que tratamos de luchar por nuestras convicciones, ideales y el respeto a las leyes, desde nuestras diarias trincheras!.  ¡Bien hecho y dicho, querida Presidenta Norma Piña!. ¡Orgullosas estamos de ella, la Primera Presidenta de la SCJN!.

JRL
 

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