Hace unos días me declaré en vacaciones, sin embargo he decidido enviar esta columna a AM, ante la agresión que se ha implementado, desde el gobierno del Nuevo Comienzo, en contra de uno de los grupos sociales más activos de la comunidad: los empresarios con dedicación filantrópica.

El viernes nos sorprendió el periodicazo, construido con información falsa e imprecisa, vía el diario nacional Reforma a ocho columnas, denunciando el manejo abusivo y deshonesto del Fidesseg, por parte de las organizaciones de la sociedad civil que acudieron a esa instancia a reunir fondos para operar sus programas sociales de beneficencia. Habrá que recordar que ese fondo fue diseñado por las cúpulas empresariales para recaudar, a través de una sobretasa al impuesto estatal de nóminas, una cantidad cercana a los 400 millones de pesos anuales. Fue un acuerdo con el gobernador-empresario que acaba de dejar el puesto.

Inesperadamente, desde la Secretaría del Nuevo Comienzo (sic) la gobernadora entrante decidió cancelar el fideicomiso para llevarse casi todos los fondos al programa de compra de votos que fomentará el gobierno estatal. Este instrumento se llama “Tarjeta Rosa” o “Mujeres Grandeza” o “¿A cuánto tu Sufragio?” Y es que en la administración panista están seguros de que el triunfo en la elección del Ejecutivo fue obtenido mediante las malas artes de andar mercadeando votos al igual que Morena. Y prevén que la próxima elección seguirá la misma ruta de corrupción, ya que nadie está interesado en frenar una conducta penalizada por la ley, pero sin policía que persiga a los infractores. 

Pero no solamente es eso. La operación de compraventa es tan extensa y requiere tanto dinero, que siempre habrá oportunidad de que parte de ese monto sea transferido a los funcionarios públicos más picudos del gobierno, para poder llevar a cabo su transmutación en empresarios. La Teoría del Muerto consiste en la sospecha de que parte de los 1,400 millones de pesos que conformaban los fondos del Fidesseg, se evaporaron para conseguir votos mal habidos conseguidos por los “operadores electorales”. Luego, estos operadores les compartirán una buena tajada del pastel a los políticos que los convidaron a tan buen negocio.

Ahora bien, los amparos presentados recientemente por las organizaciones empresariales lograron la suspensión de la liquidación del fondo, y con ello la posibilidad de auditar la operación financiera del mismo, así como las disposiciones que se llevaron a cabo. Así, el muertito puede aparecer y apestar toda la administración pública, poniendo en peligro el pacto de impunidad entre los políticos para comprar votos sin penalización alguna. Eso es bien peligroso.

Miren, en Guanajuato capital llevamos años sin elecciones genuinas. La compra de la libertad de voto a miles de ciudadanos ha sido el modus operandi de la familia Navarro-Smith. Parecía ser una distorsión local. Lo que ahora constatamos es que se trata del modelo que se pretende implementar a nivel estatal, para intentar conservar el poder a cualquier precio. 

Por cierto, las elecciones de ayuntamientos y de Ejecutivo estatal, ya no sirven para conformar gobiernos, sino que son groseros e ilegales mecanismos para operar la mercantilización del voto, eso es lo único que importa a nuestros políticos porque gobernar bien es una entelequia. Triste, pero esa es la verdadera función del Nuevo Comienzo. Y esa es también la tragedia que enfrentamos. ¡Ojalá que fructifiquen los amparos!

P.D: Ahora sí nos vemos hasta el 11 de enero.

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