Con un lleno hasta las lámparas, la Arena Afición de Pachuca cumplió 71 años de historia con una mega función de lucha libre que tuvo sangre, sudor, risas y sorpresas.
‘La arena estaba de bote en bote, la gente loca de la emoción’, como dice aquella canción escrita en 1952 por Pedro Ocádiz y popularizada en los 80 por el Conjunto África, el coso pachuqueño celebró un año más de vida con las gradas repletas de fanáticos al pancracio mexicano.
La cita fue este martes por la noche como es tradición en el vetusto coliseo ubicado en la calle Cuauhtémoc del centro de Pachuca; se dieron cita chicos y grandes, enmascarados o sin capucha.
El cartel de la noche se anunció como un lujo, ya que lo engalanaban estrellas de la talla de Blue Demon Jr, Dr. Wagner Jr, Cibernético y Rayo de Jalisco Jr.
LOS AÑOS NO PASAN EN BALDE
El edificio ha sido testigo de batallas épicas y eso se ve reflejado en sus entradas, pasillos y gradas.
La madera cruje al pasar de los espectadores, las telarañas en el techo que divide las secciones numerada y general lucen el paso de los años.
Pero todos esos “adornos”, no desentonan con cada rincón oscuro del que emanan mentadas de madre y otros improperios para los rudos, para el réferi e incluso para algunos técnicos.
Uno a uno desfilaron los gladiadores por los pasillos que dan entrada y salida a los vestidores, luchadores locales y foráneos, todos por igual recorrieron el perímetro del cuadrilátero de lona blanca y cuerdas tricolores.
Las llaves, castigos y lances iban y venían igual que los vendedores de papas, refrescos y las tradicionales pepitas que degustaron los asistentes al filo de sus butacas que fueron ocupadas en su totalidad y tuvieron precio de 200, 300 y 400 pesos para la función de aniversario.
VILLANOS Y BRAZOS, LOS MÁS APLAUDIDOS
Por mucho, la lucha más ovacionada de la noche, incluso más que la estelar, fue la tercera de las cinco que engalanaron el programa, una pelea de antaño entre la dinastía Alvarado conformada por Brazos de Oro Jr, Brazo Cibernético Jr y Brazo Celestial Jr contra Villanos III y V juniors, acompañados por Rokambole.
Ese pleito sacó chispas, sudor y sangre del encordado pachuqueño, lo que desató la euforia de las personas presentes quienes no sabían ni a qué parte de la arena dirigir la mirada pues la acción ocurría en cada esquina.
Parte del público comentó que la batalla recordó las que padres y familiares de ambas reconocidas dinastías protagonizaron en 1988 cuando disputaron sus máscaras.
El resto de las luchas también estimularon el aplauso del respetable que olvidó el estrés y coreó a todo pulmón las porras de sus preferidos ante el buen espectáculo que brindaron en la fiesta de cumpleaños de la Arena Afición.