Casi se cumplen nueve años de que fue clausurado un tramo de la antigua carretera que une a Pachuca con Real Monte en el libramiento México-Tampico, al poniente de la capital hidalguense.
El cierre fue ordenado por las autoridades luego de que se produjo un aparatoso hundimiento de 12 metros de profundidad en el que se precipitó un vehículo con dos pasajeros.
Ese tramo carretero servía de comunicación entre Pachuca y Real del Monte, pero ahora sigue inutilizado, lo que confunde al turismo pues al no haber ningún señalamiento de advertencia de pronto se topan con una valla metálica a mitad de camino que impide la circulación.
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AFECTADOS MILES DE VECINOS
Truncar esa vía de comunicación también afecta a miles de vecinos del sector donde se localizan las colonias Anáhuac y Guadalupe, aparte de La Minerva.
Algunos colonos entrevistados criticaron la apatía de las autoridades municipales de Pachuca y Mineral de la Reforma que no han atendido el problema, aparentemente por indefinición de límites territoriales.
Recordaron que a un costado de la carretera se produjo un socavón.
La zona fue cercada y posteriormente se rellenó el hoyanco; sin embargo, se dejó la barrera para evitar el paso vehicular.
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UNIDADES PESADAS PASAN SOBRE EL RELLENO
Esa no es una medida de seguridad, según los propios residentes, ya que vehículos pesados incluso colectivas, unidades refresqueras, pipas de agua y repartidoras de gas conocen una alternativa vial por la que evaden el guarda carril.
Pero pasan prácticamente sobre el socavón que tiene relleno, lo que resulta todavía más peligroso, comentaron.
En la intersección del bulevar Colosio y la carretera panorámica al Real empieza el viejo libramiento que carece de anuncios respecto al cierre de la vialidad.
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PASEANTES SE QUEDAN A LA MITAD
Es muy común que los paseantes de pronto se queden a la mitad y bajen a preguntar cómo retornan o por dónde pueden seguir el camino.
Esto se deriva de que, aparte de que no hay un anuncio de “camino cerrado,” la señalética carretera dice que esa vía conduce a Huejutla, Huasca, Real del Monte y Cristo Rey.
Lo más relevante son las molestias de los vecinos que no pueden circular libremente y eso dificulta incluso la llegada de servicios de emergencia, dijeron.
AMPLIO NÚCLEO POBLACIONAL
Las colonias Guadalupe, Minerva y Anáhuac están clasificadas como zonas de hundimiento y ahí habitan miles de familias.