El padre Julián Marciano Reyes García es uno de los presbíteros más estimados y conocidos en Pachuca.
¿Cómo es que nació la vocación que le llevó a ordenarse sacerdote en 1986?
En resumen podría decirse que por pretender una novia terminó abrazando la religión.
MISTERIOSOS CAMINOS
El párroco de la iglesia de San Francisco de Asís lo explica en sus palabras:
Los caminos del señor son misteriosos. Yo estudié en el instituto hidalguense y al terminar la secundaria le dije a mis padres que quería ser marista”.
Pero le aconsejaron que primero se integrara a un sistema educativo mixto.
PARA ABRAZARLA A ELLA
Así que ingresó a la preparatoria uno de Pachuca, acompañaba a un amigo a la iglesia subterránea de San José en La Villita cuando conoció una muchacha.
En plena adolescencia se entusiasmó tanto con la joven que pensó: “voy a abrazar la fe con el fin de abrazarla a ella”.
Así que se frecuentaban platicaban y reían juntos pero un día ella faltó a la iglesia.
Coincidentemente, en esa ocasión el sacerdote en su homilía habló que había pocos seminaristas y se requerían más sacerdotes.
Fue en ese momento que tomó la decisión: “seré sacerdote”.
De modo que por pretender a una chica terminó abrazando la religión.
LA VOCACIÓN
Siento que el señor ha sido muy generoso conmigo por darme esta vocación”.
El padre Marciano ofreció la acostumbrada misa de 8:00 horas en la iglesia de San Francisco y después platicó con un reportero de AM Hidalgo.
EL LARGO CAMINO
Se ordenó sacerdote el 26 de julio de 1986, después se fue a Roma donde estudió las Sagradas Escrituras por tres años.
Posteriormente, estuvo en el seminario de Tula y de 1995 al 2015 fue párroco fundador de la parroquia de San José Piracantos en Pachuca.
Más adelante del 2015 al 2019 fue director espiritual en el pontificio mexicano en el Vaticano.
Poco antes de ser nombrado párroco en la iglesia San Francisco de Asís, fundada en 1660, tuvo el mismo encargo en San Agustín Tlaxiaca.
EXTRAÑÓ LOS PASTES
De su experiencia en Roma dijo que estuvo muy a gusto y que lo único que extrañó fueron los pastes y la barbacoa.
Por fortuna algunas personas de Pachuca que lo visitaban le llevaban esos bocadillos además de que en el colegio también radican religiosas que son mexicanas.
FRIJOLES Y SALSA EN ROMA
Por eso nunca me faltaba ni frijoles ni salsa para poder comer el desayuno,” dice sonriente el padre Marciano.
Como líder espiritual ha sido testigo de actos generosos de la gente pero también de las dificultades que enfrentan.
CAPELLÁN DE LA CÁRCEL
Uno de los oficios que ha desarrollado y agradece, es ser capellán en un centro de readaptación social y del consejo tutelar para menores.
LA CONDICIÓN HUMANA
En ese mundo dice que se pueden constatar situaciones lacerantes que retratan de cuerpo entero, la condición humana de egoísmos, traición, maltratos e ingratitudes.
Quienes están en encierro requieren la palabra de aliento de fortalecimiento de serenidad en su vida”, mencionó el padre Marciano.
EL GRAN REGALO
Desde muy joven cuando definió su vocación nunca se vio como padre de familia con la esposa e hijos.
Me decidí por la religión y siento que ha sido un regalo muy grande”.