Los embotellamientos que se producen en el bulevar Colosio en torno al puente atirantado de Pachuca también afectan a servicios de emergencia.

Así se pudo constatar este viernes 8 de septiembre cuando ambulancias de auxilio médico y una patrulla de la Guardia Nacional trataban de abrirse paso en el congestionamiento vial.

CARRILES SATURADOS

Difícilmente, los automovilistas podían ceder el paso ya que los tres carriles se encuentran saturados y con circulación a vuelta de rueda en los horarios pico.

Eso ocurre entre el desorden de los paraderos de transporte colectivo y la tolerancia a estacionarse frente a comercios y talleres.

DESDE EL BONFIL

Se presumía que con la construcción del puente atirantado se acabarían los congestionamientos y la circulación sería fluida, sin semáforos.

La realidad es que el cuello de botella se forma prácticamente desde el puente del bulevar Bonfil hasta la glorieta Hidalgo.

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