Artículos explosivos alteran no sólo a los animales domésticos sino también al resto de la fauna silvestre, afirmó Alba Luisa Jiménez del Ángel, directiva del colectivo La Jauría de Balú.
Los cuetes se siguen utilizando cotidianamente en Pachuca, incluso después de las fiestas de Navidad, observó la protectora de animales.
AVES NO REGRESAN
Explicó que la pirotecnia no sólo daña a los perros y a los gatos. Por ejemplo “las aves pierden sus nidos entre todo ese caos que produce el ruido y después nos regresan”.
Tenemos tlacuaches que igualmente van perdiendo madrigueras”, agregó.
BEBÉS Y ADULTOS MAYORES
El problema tiene que atenderse porque “hay personas muy sensibles al ruido como adultos mayores, convalecientes, bebés, niños autistas y con síndrome de Down“.
Expresó que por eso es importante que haya una legislación más severa para evitar que continúe la quema de pirotecnia, no sólo en septiembre y diciembre, sino que se evite durante todo el año.