El presidente de la Asociación de Bares, Javier Zavala Ramírez, confió que los cantineros tienen vocación de psicólogos al escuchar las penas de los parroquianos y dar consejos.

Algunos clientes suelen platicar sus problemas, desamores y dificultades.

ALGUIEN QUE LOS ESCUCHE

“Muchas veces lo que la gente quiere es que alguien los escuche”, explicó Zavala Ramírez.

Agregó

“A veces con eso es más que suficiente para que alguien pueda desahogarse y sentirse más tranquilo mientras bebe algunas copas”.

PLATICADORES O CALLADOS

Los que están atrás de la barra tienen que aprender a convivir con diversos tipos de personalidades.

Algunos consumidores son muy dicharacheros y platicadores otros son callados y ocasionalmente algunos platican sus sinsabores, comentó.

“Es parte del oficio, es por eso que somos un poco psicólogos para calmar emociones”.

ESCUCHAR Y CALLAR

Expresó que el personal de las cantinas generalmente es muy discreto y aprende a escuchar y opinar solo cuando se lo piden además de guardar silencio.

“Esto es parte del oficio”, afirmó Zavala Ramírez.

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