Salamanca, Guanajuato.- La historia del panteón de Las Flores se remonta a mediados del siglo XIX. En el año de 1850 se creó este camposanto donde le han rendido tributo a la tierra personas de todas las clases sociales, es un lugar donde reposa la esperanza de resurrección de quienes han emprendido el viaje hacía el más allá.
Fue llamado panteón de Las Flores porque en la zona donde quedó ubicado había huertas de Lima y se cultivaban diversos tipos de hortalizas y flores. Inicialmente el camposanto fue delimitado a raya de cal, y transcurrieron más de 80 años para que fuera bardeado con un muro de altura media, los fondos económicos fueron recaudados por un grupo de actores aficionados de Salamanca que presentaban obras, operetas y zarzuelas en el teatro Juan Valle.
La altura de la barda perimetral del panteón fue aumentada en el año de 1991, durante el segundo periodo de gobierno que encabezó el expresidente municipal Rogelio Gutiérrez Solorzano. Esto se hizo para evitar que hubiera vandalismo al interior del cementerio.
En tiempos remotos y todavía en el XX, en Salamanca había una gran distinción social entre las personas que fallecían. Si era gente rica o de buena posición económica la sepultaban hacia el lado derecho (oriente) de la Capilla del Descanso, ahí se veían gavetas, tumbas y lápidas levantadas de color blanco elaboradas con granito y otros materiales.
En el lado izquierdo (poniente) de la Capilla del Descanso sepultaban a la gente pobre o de escasos recursos económicos, ahí se veían pequeños montículos de tierra o de piedra con una pequeña cruz de madera.
En la historia de Salamanca está documentado que en 1833 el cólera morbus chico afectó a la población y en 1850 llegó el cólera morbus grande, una peste que originó muchas muertes y hubo necesidad de crear el panteón de Las Flores.
En este camposanto descansan los restos de algunos personajes que dejaron huella en Salamanca como don Clemente Quintanilla, destacado escultor de las figuras de cera que se utilizan para montar los tradicionales nacimientos navideños. En el panteón de Las Flores también está sepultado Rodolfo Prieto Cervantes, fundador de la Liga Salmantina de Fútbol Amateur.
Leyenda del panteón
En torno al panteón de Las Flores se tejió la leyenda de la “Niña Araña”, que alude a una noche fría de los años 90: un taxista subió como pasaje a una niña que le pidió la llevara a las inmediaciones del panteón y al descender del taxi no entró a ninguna vivienda, trepó por la barda del cementerio emulando los movimientos de una araña.
Cuenta la leyenda que la menor volteó su mirada hacía el taxista y desapareció, esto causó una fuerte impresión en el trabajador del volante que enfermó y a los pocos días murió. Este mito ha trascendido durante más de 3 décadas y se dice que otros taxistas y personas que viven en esta zona de la ciudad también han visto a la Niña Araña.
CA