Salamanca, Guanajuato.- El 6 de julio de 1924 se cometió el único homicidio político que registra la historia de Salamanca.

El profesor, boticario y candidato a la presidencia municipal de Salamanca, Alberto Soto, fue asesinado a balazos cuando transitaba a bordo de una carreta por el camino real que conducía de la comunidad de Valtierrilla hacia Salamanca.  

En la vida política que se desarrollaba en el municipio durante 1924, solo había 2 partidos políticos (El Verde y El Rojo) para elegir democráticamente por votación al presidente municipal, gobernador del estado, presidente de la república, diputados y senadores.

Juan José Rodríguez Chávez, cronista de la Ciudad de Salamanca, rememoró que en los comicios electorales del domingo 6 de julio de 1924, uno de los candidatos a la presidencia municipal se llamaba Alberto Soto y pertenecía al partido Verde.

Juan José Rodríguez Chávez, cronista de la Ciudad de Salamanca. Foto

El día de la elección, Alberto Soto acompañado por un amigo de nombre Joaquín Partida, decidió ir a la comunidad de Valtierrilla para ver cómo se desarrollaba la votación, ahí pasaron la mañana y por la tarde regresaron a Salamanca, pero fueron emboscados y asesinados a balazos por militantes del partido Rojo.

En la historia de Salamanca es el primero y único crimen político que se ha cometido, fue un acontecimiento que impactó a toda la ciudadanía de Salamanca porque ambos hombres eran muy conocidos y estimados en la sociedad. Alberto Soto era profesor y farmacéutico y la noticia de su asesinato causó mucho revuelo a nivel local, estatal y nacional”, señaló el Cronista de la Ciudad.

El doble crimen político quedó impune y los restos mortales del político y candidato a la presidencia municipal de Salamanca, Alberto Soto, fueron depositados en el muro norte del crucero del retablo del templo San Agustín. 

En el muro se colocó una placa de mármol blanco de carrara con 4 clavos de cabeza piramidal, pero en la década de los años 80, en una restauración que se hizo al recinto religioso taparon la placa.

Tras una restauración, se tapó la placa donde se encuentran los restos de Alberto Soto. Foto: Alejandro García

Tras el crimen del político Alberto Soto, se le puso su nombre a la calle de la zona centro de Salamanca que comunica a los Templos de San Agustín y Señor del Hospital, misma que con el paso del tiempo cambió de nombre y hoy es conocida como calle Revolución. 

DAR

 

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