Salamanca, Guanajuato.- La llegada de grupos delictivos de otras entidades del País, la disputa por territorio del narcomenudeo y los anexos convertidos en centros de reclutamiento y venta de droga, han convertido al estado de Guanajuato en escenario de constantes masacres, así lo señaló David Saucedo, especialista en materia de seguridad.
En los últimos cuatro años, por lo menos cuatro municipios del estado han registrado ataques armados en anexos: Irapuato, el julio del 2020; León, en enero del 2021; Celaya, en enero y septiembre del 2023; Silao en enero del 2023 y Salamanca, en octubre del 2024.
Lamentablemente los anexos se han convertido desde hace tiempo en centros de reclutamiento y de venta de droga, los restaurantes, cantinas y bares que han sido atacados en el pasado, en muchos de ellos comercializaban drogas ilícitas”, señaló David Saucedo.
El ataque del 1 de julio de 2020, en el anexo de Irapuato “Buscando el Camino a mi Recuperación” tuvo lugar la peor masacre que cimbró a todo Guanajuato, cuando un comando armado acribilló a más de 20 internos.
La más reciente masacre, la de este martes, en un anexo de Salamanca que se ubica en la colonia El Rosario y donde murieron cuatro personas, cinco resultaron heridas y dos se encuentran desaparecidas, es un acontecimiento de alto impacto que ocurre en las primeras horas del gobierno que encabeza Libia Dennise García Muñoz Ledo, quien hasta ahora no ha hecho ningún pronunciamiento al respecto.
“Se trata de un arranque de sexenio complicado para la nueva administración, no hubo una sola declaración de la gobernadora, ni tampoco del secretario de seguridad pública (Juan Mauro González), lo cual sienta un precedente negativo”, aseveró.
David Saucedo dijo que estaba advertido que la salida de Alvar Cabeza de Vaca Appendini y de Carlos Zamarripa Aguirre, apenas es un comienzo y no es la acción más importante para cambiar el problema de violencia e inseguridad en el estado.
Reiteró que se mantiene la disputa entre grupos delictivos y que hay arribo de tropas de fuerzas criminales de otros estados que pelean por el territorio guanajuatense.
El especialista en materia de seguridad subrayó que la comercialización de drogas erosiona el tejido social, sobre todo de jóvenes, cuya edad de consumo se reduce cada vez más y origina que cometan actividades ilícitas para mantener el consumo de sustancias.
Abundó que, además del narcomenudeo, las células delictivas tienen actividades paralelas como el robo de vehículos, robo de transporte de carga, extorsión y secuestro, ampliando el portafolio delictivo que mantienen a Guanajuato inmerso en un clima de inseguridad.
Saucedo puntualizó que la intensa actividad delictiva que hay en Guanajuato provoca corrupción en los cuerpos de seguridad, porque cuando eventualmente los integrantes del crimen organizado son procesados y sentenciados, ingresan a un sistema penitenciario que se descompone y que tiene dos problemas: el autogobierno y la sobrepoblación.
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