El 10 de octubre es el Día Mundial de la Salud Mental. Como cada año la Organización Mundial de la Salud (OMS) designa un motivo especial para su campaña y este año es “Atención de salud mental para todos: hagámosla realidad”.

 

La OMS propuso este tema luego de que durante su Asamblea de mayo de 2021 se problematizó el hecho de que la pandemia por Covid-19 ha mermado la salud mental de millones de personas.

 

En ese sentido, en entrevista, el psicoterapeuta clínico Daniel Galván Galaviz informó que la pandemia “ha desgastado la salud mental” de las personas; ya sea por estrés, por el miedo, por la incertidumbre, por el confinamiento o por el contexto mismo de muertes a causa del Covid-19.

 

Señaló que el no poder despedirse de sus seres queridos, no poder ver el cuerpo, desencadenaron “duelos muy difíciles de tramitar” y eventuales afectaciones mentales.

Asimismo, declaró que la pandemia también ha causado estragos en los niños y niñas

“Tenemos niños que vienen (a la escuela) muy desregulados, con mucho estrés, vienen con pocas habilidades sociales, con muy poca tolerancia a la frustración, con trastornos de ansiedad”.

 

No obstante, la pandemia no es el único factor que ha detonado el incremento en los índices de depresión. De hecho, antes de este evento la depresión ya se vislumbraba como “la principal causa de problemas de salud y discapacidad en todo el mundo”, según la OMS. 

 

Este organismo estimó que más de 300 millones de personas viven con depresión, y que los trastornos por depresión y por ansiedad cuestan anualmente a la economía mundial alrededor de 1 billón de dólares en pérdida de productividad.

 

Estigma y falta de accesos a espacios de salud mental pública

 

Uno de los obstáculos para la detección y tratamiento de la depresión es el estigma social con el que todavía tiene que lidiar alguien con depresión; si bien, poco a poco se ha ido creando conciencia sobre las implicaciones de esta enfermedad, aún falta mucho camino por recorrer.

El psicoterapeuta Daniel Galván consideró que de a poco se ha logrado visibilizar la salud mental y el buscar ayuda psicológica poco a poco deja de ser visto como “una señal de locura”, sino como un derecho básico que responde a la necesidad de acompañamiento

“Acudir por ayuda profesional no es cuando una persona ya está en situación de locura, sino que, como cualquier ser humano, necesita el acompañamiento de otro ser humano para entenderse, para acomodar las ideas, para poder resolver mejor las problemáticas que uno tiene”, señaló. 

 

Asimismo, subrayó que es importante atender las necesidades de apoyo emocional; tal como se atiende una enfermedad en el médico o el control de peso con el nutriólogo; no obstante,  “Lo mental, como está un poco más invisibilizado, no estamos monitoreando cómo estamos mentalmente”, agregó.

 

Por otra parte, admitió que el acceso a espacios públicos para la salud mental está muy limitado,

 “pocas personas pueden acceder a ello, porque solo está muy en el área privada y no en el sector público -claro que hay instituciones que lo están haciendo bien como la Secretaría de Salud- aún así no está muy fortalecido. Todavía no hay presupuestos públicos que fortalezcan las áreas de salud mental”.

 

Reiteró que aunque ya se está haciendo conciencia sobre la importancia de la salud mental, no hay mucha gente que pueda permitirse tener acceso a terapias y tratamientos.

 

Alternativas para procurar la salud mental

 

La buena noticia es que las terapias no son la única opción para cultivar una mente saludable. El experto recomendó otras alternativas que pueden ayudar a las personas a superar episodios mentales difíciles. 

 

Una de ellas es la espiritualidad, sea como sea que se prefiera; puede ser desde la meditación o una práctica de yoga. El estar consciente y conectado con uno mismo es de gran ayuda.

 

Las actividades físicas y recreativas también son terapéuticas y útiles para “acomodar el corazón”, refirió el entrevistado.

 

Formar una red de apoyo con personas que nos escuchen, nos apoyen sin juzgar y que aporten cosas positivas es una parte fundamental en el proceso.

 

Aprender a diferenciar entre depresión y tristeza

 

“Estar triste no es lo mismo que estar deprimido”, señaló el también psicoterapeuta infantil. Es muy importante saber reconocer cuando estamos ante un episodio de tristeza o cuando se trata de depresión; para ello dio una serie de pautas.

 

Lo primero que hay que dejar claro es que la tristeza es temporal y la depresión es un estado crónico que puede llegar a prolongarse por varios meses.

“Tener un mal día y sentirnos tristes, eso no es depresión, porque la tristeza es un sentimiento que todos alguna vez experimentamos. Como no es lo mismo, no sirve “echarle ganas” como luego dicen”, aclaró. 

 

Otro rasgo distintivo es que la tristeza sí tiene un motivo identificable como podría ser la muerte de un ser querido o una decepción. En tanto que la depresión es un estado crónico en el que durante varios meses no se siente energía para realizar las actividades diarias y no hay una causa directa identificable.

 

Finalmente, la capacidad de disfrute es también un factor a evaluar para saber si se trata de depresión o tristeza. Daniel Galván refirió que durante un episodio de tristeza aun es posible disfrutar de cosas que nos gustan, como un helado o ir al cine.

 

Por el contrario, en la depresión, ya no existe esa alegría por hacer cosas que disfrutamos. Así lo señaló el experto:

“Cosas que te hacían sentir placer, cosas que antes sí te motivaban, inclusive en un día malo, también se pierden y prevalece una sensación de enemistad contigo mismo”.

 

Si estas sensaciones prevalecen por uno o dos meses, es importante pedir ayuda, concluyó el psicoterapeuta Daniel Galván.

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