La cerveza, al igual que los caramelos y botanas, no se encuentra contemplada como parte de la alimentación saludable. Esto no significa que debamos cancelar su consumo, pero resulta indispensable establecer cantidades moderadas para evitar complicaciones en la salud.
El cuerpo humano funciona como una máquina que dará señales muy claras cuando algo de lo que consumimos está afectando su bienestar.
En este caso, son cinco los síntomas principales: la hinchazón del área abdominal, problemas para conciliar el sueño, disfunción eréctil, ansiedad o dificultad para evacuar son algunos de los síntomas más regulares.
Según estudios realizados por expertos de la salud, el consumo de alcohol puede dañar los tejidos del sistema digestivo, lo que puede traer consigo hemorroides, úlceras y problemas para absorber los nutrientes de los alimentos.
Además, es importante seguir las recomendaciones del médico cuando este indica suspender el consumo de alcohol de manera total: cuando se están tomando medicamentos, durante el embarazo o cuando el cuerpo presenta reacciones secundarias peligrosas.
También se recomienda poner atención en servir de manera correcta la cerveza, es decir, con la mayor cantidad de espuma posible para evitar que esta entre en nuestro sistema como gas que puede producir malestar instantáneo.