Las enfermedades crónicas son aquellas que afectan la salud a largo plazo de manera irreversible en muchos casos. Algunos ejemplos de estas son: alzhéimer, cáncer, diabetes, epilepsia, VIH, esclerosis múltiple, mal de parkinson, entre otras.
Algunas de las causas principales para el padecimiento de estas enfermedades crónicas pueden ser la rápida urbanización no planificada, los modos de vida poco saludables como la mala alimentación y el sedentarismo y el envejecimiento de la población.
Aunque algunas como el envejecimiento son inevitables, existen medidas de prevención que ayudarán al desarrollo más saludable para evitar muertes prematuras o complicaciones, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Además, se han identificado seis alimentos que pueden propiciar diversas enfermedades crónicas: carne a las brasas, carne procesada o con conservadores, alcohol, alimentos fritos, alimentos y bebidas con cantidades elevadas de azúcar y aquellos que contienen carbohidratos altamente refinados.
Algunas recomendaciones para prevenir las enfermedades crónicas se basan en mantener hábitos saludables, realizar actividad física y llevar una alimentación acorde a la edad y estilo de vida. Los médicos señalan que:
Dieta saludable: consumir alimentos orgánicos, acudir con un nutriólogo que marque un plan apto para la edad, estilo de vida y condiciones específicas de cada persona.
Hacer ejercicio: la OMS recomienda al menos entre 150 y 300 minutos de actividad aeróbica moderada a la semana.
Tomar suficiente agua: el consumo de líquidos es esencial para mantener hidratado al organismo, lo que influye en la oxigenación, peso,
Dormir bien: el descanso no solo es importante para la energía, sino que el sueño también regula las hormonas que controlan el hambre, el estado de ánimo y otras funciones.
Es importante mantener un estilo de vida saludable y visitar al médico frecuentemente para evitar el padecimiento de enfermedades crónicas.