La reina consorte Camila, el príncipe de Gales y la primera ministra, Liz Truss, entre otros, han firmado la declaración que designa oficialmente al monarca.
La ceremonia de coronación fue transmitida por televisión en la abadía de Westminster, y los británicos -y el resto del mundo- han podido ver el ritual desplegado en el palacio de Saint James por el Consejo de Ascensión para proclamar formalmente un nuevo rey.
“Soy profundamente consciente de la gran herencia y de los deberes y enormes responsabilidades que conlleva ser soberano, que ahora recaen sobre mí. Al asumirlas, me esforzaré en seguir el ejemplo inspirador de mi madre”, ha afirmado Carlos III en el Salón del Trono del palacio.
“Defenderé el Gobierno constitucional y perseguiré la paz, armonía y prosperidad de los pueblos de estas islas, de los territorios de la Commonwealth y de los territorios de todo el mundo. Para ello, sé que me sostendrá el afecto y la lealtad del pueblo del que acabo de ser nombrado soberano”.
El Rey de Armas de la Orden de la Jarretera ha leído desde el balcón la proclamación formal de Carlos III, antes de pedir a los miembros de la Guardia Real tres hurras por el nuevo monarca, y de que sonara el himno nacional.
Una hora después, en la City de Londres, el centro financiero de la metrópoli. Sigue siendo la zona de la ciudad donde el monarca está obligado a pedir permiso de entrada. La ceremonia, en este caso, ha tenido lugar en un sitio tan significativo como las escaleras de la Royal Exchange, la Bolsa londinense. También allí se ha escuchado la proclamación que da inicio a un nuevo reinado.