Marissa Jacinto Chávez fue la primera hija mujer de Juan Jacinto y Altagracia Chávez, un matrimonio de clase trabajadora, quienes creyeron en ella para el emprendimiento y desarrollo como mujer.

El padre de Marissa le compró una estética. A ella, la envió a la Ciudad de México para estudiar y prepararse. A su regreso a León, trabajó con pasión y amor a la estética, buscando ayudar y cambiar vidas al estilizar.

Así nació una de las academias más queridas y reconocidas por sus precios accesibles a todos los presupuestos , ya que la educación piensa la maestra Marissa debe de estar al alcance de todos. Posteriormente comenzó a fabricar pelucas para personas con cáncer o víctimas de algún accidente.

También creaba extensiones y pelucas para los santos de la diócesis de León y otros municipios. La belleza ha sido la pasión de Marissa durante la mayor parte de su vida. Sin embargo, también aprendió el oficio de cerrajería gracias a su padre y que hasta la fecha es admirable verla ejercer.

“En este mes de la mujer quiero inspirar y ayudar a elevar la fuerza interna de todas las mujeres y motivarlas en generar ingresos por medios diferentes, más aún cuando desafía las expectativas sociales de géneros”, expresó la maestra Marissa, como es conocida.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *