La guanajuatense capitalina María Eugenia Chico Rodríguez pasó un mes en mayo haciendo labor social con niños pobres en una pequeña ciudad de Kenia.
Ella es estudiante de la carrera de Música en la Universidad Anáhuac del Norte, en la Ciudad de México. Ahí existe un voluntariado llamado Acción Social Universidad Anahuac (ASUA).
“Cuando entré a la universidad me enamoré de esta parte social y me hice presidenta de ASUA en mi carrera. Me enteré de que iban a hacer una brigada a África. Participan alumnos de todos los planteles de la universidad en el país y egresados”, contó en entrevista con AM.
ASUA entró en contacto con la empresa Cooperating Voluntiers, encargada de la administración y logística del viaje.
Así que el 25 de mayo, un grupo de 55 estudiantes de varias carreras de la Universidad Anáhuac de varios estados partieron hacia la ciudad de Ukunda, en Kenia, una población pequeña que solo tiene una calle pavimentada y lo demás es de tierra. A todos los lugares se llegaba caminando.
Dependiendo de la carrera de cada uno, cada quien escogió la actividad que quería realizar. Los estudiantes de Medicina se dedicaron a aplicar vacunas, por ejemplo. Los que se dedicaban al medio ambiente, limpiaban la playa, recogían y quemaban basura.
“Yo estaba en enseñanza en una escuela, les hacía juegos y como llevaba mi guitarra, les enseñaba canciones tanto en Inglés como en Español, que es parecido al Suajili, el idioma que hablan allá. Un día les compuse una canción para enseñarles a lavarse las manos. Teníamos que ingeniarnos para ver qué podíamos enseñarles que les dure toda la vida”.
Esto se hacía durante el recreo. Y en una ocasión llevaron a los niños a revisión médica.
Eugenia Chico hizo trabajo voluntario con niños pequeños, desde bebés hasta los que tenían ocho años, en una escuela llamada Sunrise que era lo equivalente en México entre jardín de niños y primaria.
Los niños eran muy pobres.
“Había algunos a quienes les preguntábamos si habían comido y tenían un día sin comer. Algunos se desmayaban por eso”.
El viaje de regreso a México lo hicieron el 20 de junio.
Eran ella y una compañera y amiga suya, incluso vecinas. “Nos coordinamos bastante bien, establecimos una buena relación con la directora.
Está pensando en crear asociación para ayudar
“En un mes no podemos cambiar el mundo, pero estamos pensando en crear una asociación para recaudar dinero y mandarlo para allá. Por el tipo de cambio del Chelín, que es la moneda nacional en Kenia, con dos mil pesos mexicanos, sirve para alimentar a un niño de allá durante un año”.
Para María Eugenia Chico, lo más importante que los niños le dejaron a ella en esta experiencia fue su amor.
“El amor, el tiempo de calidad que vivimos con ellos. Estando ahí queríamos cambiar todo. Ellos nos dieron amor, fue más lo que ellos nos dieron que lo que nosotros les dimos.