Arzobispo de León, Alfonso Cortés. Foto: Gerardo García

En víspera de las festividades decembrinas, el arzobispo de León, Alfonso Cortés, dirigió un mensaje de Navidad para toda la ciudadanía, deseando amor, consciencia espiritual y haciendo un llamado a la paz que alivie la violencia que se vive en el estado y el país.

El Arzobispo envió un mensaje navideño a toda la comunidad y a los lectores de AM. Foto: Gerardo García.

 

Estimados hermanos y amigos todos:

Una de las fiestas en la humanidad que tiene más atención es la Navidad, no solamente para los católicos o para los creyentes. Es un motivo del acercamiento de las familias, de los amigos, de celebrar también en comunidad con quienes se trabaja, con quienes estudian y trae siempre un tiempo de tranquilidad y de paz que ayuda mucho a la convivencia humana.

Es necesario darle el valor a esta fiesta que tenemos porque hay muchas formas de celebrarla. Incluso a veces para la felicitación se dice solamente “felices fiestas”, pero ese no es el verdadero sentido de la Navidad.

La Navidad se debe celebrar con su sentido original y originario, que es celebrar este acontecimiento que le ha dado sentido y esperanza al mundo; ese acontecimiento es la encarnación de Cristo Nuestro Señor.

Yo los invito a que también aprovechemos este tiempo para valorar nuestra vida, para valorar el tiempo que estamos viviendo, la forma como estamos viviendo.

Tenemos ciertamente una cultura del consumismo que también afecta a la Navidad. A veces la Navidad se enfoca solamente en comprar cosas, pero no es realmente la Navidad. A veces la Navidad se enfoca solamente en hacer una fiesta o ponernos adornos, pero vacíos, sin Cristo y eso no es la Navidad.

Indudablemente, con el respeto de la conciencia y de las creencias de cada de cada ser humano, pero la Navidad cristiana es celebrar el acontecimiento de Dios, que nos ha dado a su Hijo Jesucristo, que ese Jesucristo es el principio y el fin de la historia, que ese Jesucristo es el que le da sentido al ser humano, que ilumina nuestro camino.

Ese intercambio de dones en que nosotros le prestamos nuestra naturaleza humana a Cristo y Cristo vino a darnos su naturaleza divina, que es un sentido de abundancia de bienes y de gracias para los seres humanos.

Yo les invito a que en familia aprovechemos este tiempo para convivir, para el diálogo, para que juntos decidan cómo celebrarlo. Invito a todos las personas de fe a que participen en la Santa Misa, escuchen la Palabra de Dios, hagan oración, pues ese silencio, esa contemplación nutre el alma, nutre el espíritu.

También los invito, queridos hermanos, a tirarle una mirada a la situación que estamos viviendo en la sociedad. Hablo en primer lugar de que la Navidad no debe olvidar la oración, no debe olvidar la convivencia y el diálogo en las familias, pero no olvidemos que también se necesita tener una atención, tener focos de paz y de misericordia para con tantos hermanos solos.

Hay muchos pobres, hay muchos hermanos que sufren con el dolor, con la tristeza, hay muchos enfermos y también este otro aspecto de pedirle al Señor la paz.

Nuestro estado de Guanajuato y nuestra nación está profundamente dañada por esta situación de violencia y la violencia no es fruto externo, la violencia es fruto interno de nuestro corazón, de nuestra forma de pensar ,de nuestra forma de actuar en la sociedad. Hay un desprecio por la vida y eso nos tiene en una crisis profunda del sentido del ser humano.

Demos una miradita a esta crisis profunda, una crisis profunda también de una cohesión de nuestra nación, no permitamos que nuestra nación se fragmente. Nosotros tenemos una cultura que nos unifica como mexicanos, tenemos una fe que nos anima y que nos reúne en el corazón como seres humanos y como cristianos. 

Que Dios Nuestro Señor los bendiga, celebren con alegría, también celebren con fiesta porque es también parte de nuestra vida pero celebren cristianamente esta Navidad. 

Les envío un saludo a los jóvenes: queridos jóvenes, ustedes no son solamente el futuro de nuestra nación, son el presente, son la utopía, son la esperanza de nuestra nación. 

Saludo a los niños, a los adolescentes, a ustedes queridos padres de familia, que son el corazón de sus hijos: amen y cuiden a su familia. 

Envío un saludo y un abrazo especial a los ancianos y especialmente a los pobres, a aquellos hermanos que están privados de la libertad en las cárceles: no pierdan la esperanza, conviértanse al señor, curen su corazón y primero Dios estarán nuevamente con su familia, con una vida nueva y con un corazón nuevo.

Dios los bendiga a todos y les mando un abrazo con todo mi afecto y con todo mi corazón, bendiciones para todos”.

El Arzobispo invitó a pedir por la paz. Foto: Gerardo García.

Para los lectores de AM

Les deseo a todos que en sus familias, el lugar donde trabajan, donde estudian, ojalá que aprovechen para tener ese acercamiento de diálogo, de estar tranquilos, disfrutando de sus padres a sus hijos, disfrutando a sus amigos, pues creo que eso contribuye a una fraternidad profunda en la sociedad.

También los invito, dentro del respeto a cada quien, de su conciencia, de su libertad religiosa, los invito a que tengan una mirada trascendente, una mirada profunda espiritual, una mirada de un humanismo profundo, para que Dios Nuestro Señor ayude y todos ayudemos a salir de esta crisis profunda de la violencia en nuestro estado y nuestro México. Estamos necesitados de reconstruir el sentido de nuestra vida, de nuestro trabajo, de lo que somos y para qué existimos. Un abrazo a todos y felicidades”.

Arzobispo de León, Alfonso Cortés. Foto: Gerardo García.

Arzobispo de León, Alfonso Cortés. Foto: Gerardo García.

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