La Vigilia Pascual, conocida por algunos fieles como “La misa mayor”, es una de las ceremonias más especiales del año, debido a que conmemora uno de los momentos litúrgicos más importantes.

En entrevista, el padre rector de la Catedral Basílica de León, Antonio Borja Vargas, dio a conocer cómo se realiza esta celebración solemne y algunos datos relevantes sobre la temporada de Pascua.

Con la Vigilia Pascual conmemoramos el Trío (la pasión, la muerte y la resurrección de Jesús) y el comienzo de la Pascua, que se celebra durante 50 días. El nombre de esta misa hace referencia a que durante esta noche permanecemos expectantes haciendo oración, con la fe de que al tercer día de haber muerto, el Señor va a resucitar”, explicó el rector.

El encendido del cirio pascual marca el nuevo peridodo eclesiástico./ Fotos: Gerardo García.

Rito de la luz

El Padre Borja detalló que durante la misa hay varios elementos con mucho significado; por ejemplo, cuando la ceremonia comienza la iglesia está en penumbras ya que se lleva a cabo el ‘Lucernario’ o ‘Rito de la luz’, que consiste en que el Arzobispo encienda el cirio pascual en el atrio y enseguida comparte el fuego con los feligreses que encienden sus cirios para entrar a la Catedral iluminándolo todo a su paso. Mientras ingresan, uno de los sacerdotes levanta el cirio pascual diciendo: ‘Cristo, luz del mundo’, y la gente responde ‘Venid, y adoremos’.

Añadió que este rito toma mucha relevancia porque la oscuridad simboliza el pecado, y la luz es la gracia. Y al llegar al presbiterio, el cirio es colocado e inciensado, para continuar con la misa. 

Esta celebración eucarística fue concelebrada la noche del sábado por el Arzobispo de la Arquidiócesis de León, Alfonso Cortés Contreras; el padre rector Antonio Borja, los padres de la Catedral: Martín Macías y Pedro Ramírez; y Eduardo Corral, quien pertenece al clero de la diócesis de Morelia.

La misa se desarrolló en presencia de cientos de feligreses que llenaron los espacios de la Catedral de León entonando el Pregón Pascual, canto bíblico que tiene que ver con la historia de salvación del pueblo de Israel y de la humanidad.

El encendido del cirio pascual marca el nuevo peridodo eclesiástico./ Fotos: Gerardo García.

La celebración solemne

La primera parte de la Solemne Vigilia Pascual, lleva la Liturgia de la Palabra, para dar lectura a distintos momentos de la historia de la salvación contenidos en la Bíblia.

Se lee el Génesis, que habla de la creación; también se enuncia el Éxodo que aborda la liberación de la esclavitud de Israel del pueblo de Egipto; después sigue una lectura del Profeta Isaías, la Epístola de San Pablo y por último el señor Arzobispo da lectura al Santo Evangelio. De manera que tienen lugar más lecturas que en una misa ordinaria”, explicó el padre Borja.

 Los feligreses llevaron cirios para ser encendidos y bendecidos./ Fotos: Gerardo García.

Renovación espiritual

Otra parte muy importante de esta misa es la Liturgia Bautismal, en donde si hay catecúmenos (personas no bautizadas) el Arzobispo les otorga el sacramento; si no los hay, únicamente se lleva a cabo una renovación de las promesas bautismales de todos los presentes.

Finalmente, se celebra la Liturgia de la Eucaristía, en la cual se presentan los dones (el pan y el vino) para convertirlos en el cuerpo y la sangre de Cristo. Se procede a la comunión, y la bendición para irse en paz, concluyó el rector de la Basílica.

Con este fervor y renovación espiritual dio comienzo en León el periodo de Pascua, durante el cual veremos a los sacerdotes vestir de color blanco en las celebraciones eucarísticas de los próximos 50 días, celebrando que Jesús resucitó y se encuentra entre nosotros.
 

Cada año venimos juntas, es una tradición desde hace 30 años aproximadamente. Es una ceremonia muy simbólica ya que celebramos la resurrección de Jesucristo y todos los rituales que se llevan a cabo hacen que sea una misa muy linda”.
Maura y Raquel Ruíz

En años anteriores acudía a la Vigilia Pascual en el Templo del Sagrario, pero en esta ocasión vine a Catedral porque mis niños, Zoraida y Víctor, son monaguillos aquí desde hace un año y hoy van a acolitar en esta misa”.
Maricela Hernández
 

MGL

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