Cristina Cortés es empresaria, mamá y amante del ejercicio. En entrevista, comparte cómo ha logrado tener la cafetería de sus sueños y equilibrar su emprendimiento con las demás áreas de su vida.
¿Cómo se llama tu cafetería?
Mi cafetería se llama Douxé y se ubica en el centro de la ciudad. Abrimos en el 2018, y creo que el mayor atractivo es el equipo que trabaja conmigo. Con situaciones que nos han tocado nos hemos dado cuenta de que somos un equipazo y que al final es algo que los clientes notan.
Ellos se sienten bienvenidos, con un servicio y atención que los hace volver siempre. Otra cosa que distingue a Douxé es el ambiente y la decoración; los clientes siempre dicen que se sienten como fuera de León, porque es muy diferente a lo común.
Cuéntanos un poco sobre ti, ¿cómo fue que comenzaste con la cafetería y tus demás actividades?
Yo terminé la prepa y me fui tres meses a España porque quería ser modelo, y estando allá estudié un curso de modelaje muy padre. Cuando regresé entré a trabajar en Zara, que fue un lugar en donde creo que pude aprender mucho sobre moda, sobre cómo atender a la gente, la importancia de hacer un buen equipo de trabajo, sobre ventas y un poco de todo.
Al mismo tiempo hacía desfiles y pasarelas de modelaje, ya que ésta siempre fue una parte importante para mí.
A los 22 años me casé, y junto con mi ahora ex esposo puse una cafetería. Entonces cuando nos divorciamos, la verdad es que yo me quedé con muchísimas ganas de tener una cafetería.
Después, pasa que me contratan a mí para llevar a cabo toda la remodelación y renovación del Orangerie, y creo que cuando vi lo increíble que quedó me animé por fin a hacerlo realidad para mí: así comencé con Douxé.
¿Cuál es tu siguiente objetivo, después de haber conseguido lo que querías?
Bueno, durante la pandemia hubo mucho retraso en el crecimiento de Douxé, fue una etapa difícil para todos y ahora que eso ya quedó atrás, siento que este año puedo sacarle mucho jugo a la cafetería.
Es una sucursal grande, a donde todavía faltan muchos leoneses por ir. Así que creo que este año me enfocaré en hacer crecer mi cafetería.
¿Cómo es un día común de trabajo para ti?
En la mañana me levanto muy temprano para llevar a mi hijo al transporte de la escuela. Después hago ejercicio, me gusta tanto que tengo dos certificaciones en yoga. Nunca he dado clase pero a ver si pronto me animo.
Luego me arreglo y comienzo con cosas que tengo pendientes, como pasar al banco y demás. Después me voy a Douxé y ahí estoy un rato, voy a la escuela por mi hijo y ya de ahí me la paso toda la tarde con él.
¿Cómo equilibras todas las áreas de tu vida?
Creo que la manera en la que lo he logrado ha sido formando un buen equipo de trabajo, delegando responsabilidades, voy diariamente a Douxé porque me gusta pero no tengo que estar ahí al 100%.
Eso me ayuda a equilibrar ser mamá, tener mi cafetería, hacer ejercicio y cumplir todos los roles que me conforman. Mi equipo de trabajo es el que me ayuda a que yo pueda tener una vida muy productiva.
¿Qué les dirías a otras mujeres para inspirarlas a cumplir sus metas?
Lo que siempre le digo a mi hijo y a las personas que trabajan conmigo: que nunca acepten un mal trato; porque eso implica nunca tratar mal a nadie. Considero muy importante eso: ser amable, sentirse relajado, manteniendo una convivencia siempre agradable con todas las personas.
Creo que vivir de esta manera es lo que me ha ayudado a siempre crear relaciones sanas con la gente, con mi equipo de trabajo, con mi familia, etcétera.
También les diría que se animen a hacer las cosas con mucha perseverancia. Hay que intentarlo las veces necesarias, sabiendo que no nos va a salir bien a la primera, pero la recompensa por ser perseverante vale mucho la pena.
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