Para Mónica Palacios, médico otorrinolaringologa, ser mamá es algo increíble, es la plenitud y la realización de ser mujer, y entre las muchas satisfacciones que le han dejado sus hijas Saira Mónica y Daniela Nájera Palacios, están verlas realizadas como profesionistas.

La también empresaria de Amexme, quien se convirtió en mamá a los 30 años, recuerda con cariño el momento en que le dijeron que estaba embarazada.

Fue una ilusión muy grande saber que estaba embarazada y el momento del nacimiento de mis hijas porque entonces no podíamos saber si sería niño o niña, para mi fue bonito tener dos niñas, verlas crecer y convertirse en profesionistas, Saira es diseñadora de imagen y Daniela veterinaria”.

Sin embargo, la doctora reconoce que a pesar de todo lo bonito de ser mamá también hay retos que se tienen que enfrentar, para ella fue ligar la parte profesional con la familiar.

“Creo que no supe como intercalar ambas cosas, que abandoné un poco a las niñas, que no estuve en sus festivales, siento culpa y añoranza de tratar de resarcir el daño de la ausencia y ser la mejor mamá que se pueda”.

Agradece que sus hijas siempre fueron de 10 y no tuvo que preocuparse por estar al pendiente de que fueran a reprobar y verlas ahora convertidas en profesionistas es una satisfacción muy grande.

“A pesar de esta mamá que tuvieron, de la ausencia y del abandono de mi parte por causa del trabajo y de mi profesión pudieron salir adelante, tomar sus propias herramientas para volar y hoy son buenas profesionistas, buenos seres humanos, las admiro y estoy sumamente agradecida”.

Mónica Palacios, médico otorrinolaringologa. Foto: Gerardo García.

Agregó que si volviera a nacer vería la manera de hacer un equilibrio entre realizarse como persona, como mamá, como mujer, pero a la vez tratar de brindar el tiempo que los hijos requieren y dar una educación más saludable porque criar un hijo es un gran compromiso.

“Ahora que soy más consciente trato de resarcir el daño, platico con sus hijas, les digo que dentro de mi inconsciencia les di lo mejor, ahora trata de ser buena madre y buena abuela, ya que aunque se habla del tiempo de calidad, sé que nada suple a la madre”.

Aprovechó para felicitar todas las mujeres que tienen la fortuna de ser madres porque eso es un regalo porque.

“A veces uno no lo ve como tal pero es un regalo que los hijos nos hacen al permitir que nosotros nos realicemos como madres y cuidadoras profesionalmente, emocionalmente, físicamente y espiritualmente de un alma que va en vuelo y va creciendo”.

Destacó que conforme va pasando la vida los hijos se vuelven maestros y uno empieza a darse cuenta de que lo más sano es cuando se reacciona desde el amor, desde el perdón y desde el agradecimiento.       

“Si antes no supe distribuir mi tiempo y me enfoque más a mi carrera, después de unos añitos de golpes, sacrificios y dolor en el alma, valió la pena darme cuenta que lo mejor es el respeto y el tiempo que puedo donar a mis hijas con mucho amor, hacerles sentir que estoy ahí, sin estar multi dividida, simplemente porque gozo cada minuto con ellas”.

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Daniela Nájera Palacios y Mónica Palacios, hija y madre. Gerardo garcía..

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