La Cámara de la Industria del Calzado del Estado de Guanajuato (CICEG) otorgó sus reconocidos galardones San Crispín de Oro y Charola de Plata, durante la toma de protesta de su nueva mesa directiva 2024.
Como ya es tradición, la CICEG entrega el San Crispín de Oro a empresarios zapateros destacados y la Charola de Plata a un proveedor sobresaliente en su ramo.
En esta ocasión, los condecorados fueron don José Antonio Ruiz Mosqueda de la empresa Dimaco, quien recibió la Charola de Plata y los hermanos Manuel y Salvador Suárez Mendiola, que recibieron el San Crispín de Oro a nombre de todas las personas que conforman la marca Paruno.
En una ceremonia que se acompañó de una elegante comida realizada en el Poliforum, los galardonados recibieron sus reconocimientos de manos de Diego Sinhue Rodríguez Vallejo, gobernador del estado; Jorge Jiménez Lona, presidente municipal interino; Mauricio Battaglia, presidente de la CICEG y Alejandro Malagón, presidente de CONCAMIN.
Además, tanto don Antonio Ruiz como los hermanos Suárez estaban acompañados por sus respectivas familias, quienes los alcanzaron en el escenario para tomarse la foto del recuerdo de este importante momento junto con el presidium.
Charola de Plata
Don José Antonio Ruiz Mosqueda ve hoy materializado el fruto de su esfuerzo, pero también de la curiosidad e ilusión que tuvo desde que era un niño.
A los 12 años ya había aprendido el oficio de pespuntador y en la adolescencia, a los 16, inició su carrera en la empresa italiana de máquinas de coser Necchi. Aunque sólo se encargaba de los mandados, el técnico Joaquín Lozano pronto notó su gusto por las máquinas y por aprender, así comenzó su instrucción.
Un año más tarde, a la edad de 17, se convirtió en jefe técnico de la empresa y posteriormente fue vendedor y al mismo tiempo coordinador de ventas.
Durante la presidencia de Luis Echeverría y el exilio de las empresas internacionales, Necchi tuvo que cerrar sus puertas, pero el joven Antonio vio esto como la oportunidad de tomar formalmente un curso de mecánica y echar a andar su taller “Servi Rabbit” al mismo tiempo que trabajaba como vendedor en Nissan.
Años después la compañía italiana vuelve a León y sin dudarlo busca a Antonio Ruiz, para que sólo dos años después el experto en mecánica logre comprar el negocio. Así inicia DIMACO, que el día de hoy se ha convertido en una empresa familiar líder en la distribución de maquinaria.
“Recibo esta charola con el mayor gusto. Quiero agradecer a Dios, a la vida y al destino, que me puso con las personas correctas para aprender y desarrollarme. Agradecer a mi esposa, a mis hijos, por el apoyo que recibí en mi crecimiento como empresario y como jefe de familia. Y a todos los fabricantes que me han favorecido y creído en nuestra empresa durante estos 57 años de historia”, dijo don Antonio Ruiz al recibir el galardón.
San Crispín de Oro
La historia empresarial de los hermanos Suárez Mendiola inició en 1987, cuando constituyeron su primera empresa zapatera, Industrial Alta Moda junto a Mauricio Fuentes. Aunque este primer intento terminara apenas dos años después, la dupla ganó un gran aprendizaje y las ganas de seguir prosperando.
En 1989 una nueva sociedad nace, de la mano de Pedro y Luis Gerardo González, con quienes fundan el Grupo Industrial Ital Moda, que comienza a crear alianzas importantes con distribuidoras, lo que les lleva a aumentar su producción de zapatos.
Además, Manuel comienza a desarrollarse como diseñador y un viaje a Nueva York le descubre todo un nuevo panorama que gracias a su creatividad no ha dejado de crecer hasta la fecha.
Después, impulsados por Lalo Pons, los hermanos realizan un viaje a Europa que sienta todavía más la inquietud de seguir innovando la industria del calzado mexicano.
Tiempo después, su ex socio Mauricio Fuentes les vende la marca Bruno Paruno, misma con la que en 2002 logran posicionarse en Liverpool sustituyendo a Dockers.
Al día de hoy, los zapateros cuentan con 20 fábricas, todas con las certificaciones requeridas por Liverpool y Dockers.
“Quiero dar las gracias a Gaby, mi esposa, a mis hijos, a mis hermanas. Gracias a especiales a nuestros socios Luis Gerardo y Pedro y a toda la familia González, que llevamos 35 años juntos en este negocio, muy bien acompañados. Y por último, muchas gracias a todo nuestro equipo de trabajo”, expresó Manuel Suárez.
“Estamos muy emocionados y sobre todo muy agradecidos. Este reconocimiento lo recibimos en nombre de todas las personas que de una manera u otra han formado parte de este proyecto”, agregó Salvador Suárez.