La emoción del Rally Guanajuato cruza las fronteras y, de hecho, literalmente las pulveriza.
Un centenar de aficionados ecuatorianos disfrutan la tercera etapa del Campeonato Mundial en México, especialmente en las comunidades de Silao y León, donde hacen suyas las veredas y aprecian la tierra como si nunca la hubiera visto.
De México nos gusta todo, pero sobre todo, la amabilidad de la gente& no tiene precio”, dice uno de los fanáticos ecuatorianos mientras espera el paso de los coches en el tramo Otates 2, entre León y Silao.
Instalados en una pequeña pendiente, rodeados de nopales y mucho sol, los ecuatorianos parecen niños observando absolutamente todo a su alrededor.
Se toman foto con los habitantes de la comunidad de Agua Zarca y aceptan posar con las banderas de México y Ecuador.
De hecho, uno de ellos porta con orgullo un sombrero de palma, aunque le cuesta mantenerlo sobre su cabeza ante las ráfagas que preceden la llegada de los coches.
Y cuando comienza la emoción, ecuatorianos y mexicanos se unen en bocanadas de tierra y vértigo.
El punto elegido les permite ver curvas seguidas y ascenso y descenso por igual. Además, se trata de uno de los pocos tramos con tres pasos el fin de semana, así que familias enteras decidieron acampar desde la madrugada del sábado hasta el mediodía de este domingo.
Nos gusta el Rally y no se come tierra muchas veces al año”, dice Martín Gómez, quien llevó a su familia para acampar junto al camino, ese en el que varios pobladores han construido sus casas con vista a la ruta, sabiendo que al menos una vez cada 12 meses, tendrán su recompensa entrando por la ventana.