León.- Como muchos directores técnicos, Nacho Ambriz trabaja con una soga al cuello.
Sabemos que la chamba de todo timonel en el futbol actual es así, ya no solo se queda en los resultados, sino que estos deben cocinarse en logros, en metas que se gozan al cumplirse.
A Nacho le falta dar ese último pasito que lo ha separado del título. Tan cerca, tan lejos.
Ambriz entrará a su cuarto torneo como domador de la Fiera. Un arranque como relevo para el llanto, luego un Clausura “rompe estadísticas” y otro campeonato más en el que la jactancia del subliderato le duró nada.
Sus números como esmeralda suscriben que ha ganado 28 partidos, igualado 14 y perdido 13, registro que ya quisieran tener muchos clubes de la Liga Mx con sus técnicos. Sin embargo, en el León no hay lugar para el conformista.
Para un DT, ser el “ya merito” no sirve de mucho, siendo este el peso que mayor carga genera en los hombros de Ambriz pues ha tenido dos excelentes oportunidades con un plantel apto para ser rey de reyes. Si la tercera no es la vencida, seguramente el tiempo vencerá a Nacho.
Por el momento no ha llegado un refuerzo con calidad garantizada, pero eso es algo de lo que Nacho no se puede agarrar para dar la cara sobre los resultados a los que está obligado ofrecer como jefe del banquillo esmeralda. Más ahora que afrontará dos torneos, uno local y otro internacional que llama la atención.
Superar la aduana de la Concachampions será importante para Ambriz. Quedarse fuera a la primera de cuentas resultará un duro golpe en la percepción que se le tiene, misma que no ha sido ciento por ciento convincente a pesar de pesares y satisfacciones.
Quieran o no, el triunfo o la caída frente a Los Ángeles FC influirá en el sentir de la afición para lo que sea en la Liga MX.
En Nacho está que el actual plantel leonés mantenga la marcha de triunfos que le puso dentro de la Fiesta Grande en dos ocasiones seguidas y para ello, la mano que sostiene el látigo es clave.
Primero, para ajustar la zona baja que en el pasado torneo hizo agua en diversos duelos y fue el Talón de Aquiles de los felinos. Y segundo, para encontrar la continuidad de un once titular que genere certidumbre en la cancha.
En esto último deberá replantear la política de vestidor que impuso en el Apertura 2019. La directiva esmeralda dio visos que la “Ley Ambriz” no le cayó del todo bien y recalcó más los problemas que las soluciones. Tan solo recordemos el caso de Yairo para el duelo de vuelta contra Morelia, una decisión a la que se aferró el timonel por sus fueros.
Los castigos internos y las rotaciones obligadas para darle juego a todos los foráneos, son asteriscos que tendrá que redefinir Nacho. No veo viable que tenga que alinear forzosamente a un Ramiro, Cardona, Ramos, Campbell, Aquino o Barreiro, por ejemplo, si no dan el ancho para estar en la titularidad. El lugar en el once inicial esmeralda debe ser para el mejor, punto.
Después de todo, Ambriz está consciente que las decisiones que tome serán su podio o su horca.
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