Corría el 2016 y la Selección Mexicana vivía el momento más crítico de su historia, tras sufrir la peor goleada en torneos oficiales a manos de Chile, quienes en la Copa América Centenario vapulearon al tricolor 7-0.
Con aquella losa en sus hombros, la plantilla comandada por Juan Carlos Osorio encaró las siguientes rondas del hexagonal final hacia Rusia 2018 con la misión de olvidar el episodio trágico lo más pronto posible.
Los siguientes dos partidos dejaron buenos dividendos, con una victoria 3-1 en el Cuscatlán ante El Salvador y un empate por la mínima en casa ante Honduras. No obstante, la prueba de fuego estaba por llegar con la visita a Columbus ante Estados Unidos, con todas las estadísticas en contra.
Pero la sorpresa llegó.
La maldición del 2-0 en Columbus
Quince años después del primer partido del tricolor en Columbus, Ohio, disputado en 2001, el combinado nacional mexicano acumuló cuatro partidos consecutivos sin poder anotar siquiera, repitiendo el mismo marcador de 2-0 (además del 2001) en 2005, 2009 y 2013.
El dato más avasallador es que Estados Unidos jamás había perdido desde que adoptaron el Historic Crew Stadium como sede clasificatoria al inicio de este siglo.
En total, antes de recibir al combinado tricolor por quinta vez, disputaron nueve encuentros de ante la zona de Concacaf, de los cuales siete fueron victorias por apenas dos empates, cosechando un total de 17 goles a favor y solamente uno en contra.
Un plantel mexicano que ilusionaba
La Selección Mexicana partió como víctima a Columbus para enfrentar al archirrival con un once inicial plagado de futbolistas en pleno auge deportivo tales como Rafael Márquez, Miguel Layún, Andrés Guardado, Héctor Herrera, Carlos Vela y Javier Hernández.
Mientras tanto, el cuadro de Las barras y las estrellas, enfrentaba un proceso de reconstrucción, pues a pesar de que ya se vislumbraba una promisoria nueva generación con el joven talento Christian Pulisic, la plantilla aún tenía hombres longevos como Michael Bradley, Tim Howard y Jermaine Jones; todos comandados por el alemán Jürgen Klinsmann.
El difícil partido de México Vs Estados Unidos
El tricolor salió aquella noche helada del 11 de noviembre de 2016 con el mejor plantel que podía mostrar y destacaban el capitán Rafael Márquez y la figura ofensiva, Carlos Vela.
Los locales tampoco se guardaron nada y mostraron un plantel experimentado al encarar este tipo de partidos, comandados por la figura de Michael Bradley, con la mirada puesta también en el joven sensación Christian Pulisic.
México rompió la maldición en los primeros 20 minutos de partido en los botines de Miguel Layún, que con disparo rasante cerca de la media luna, abrió el marcador a favor del tricolor. Inicio inmejorable para el cuadro de Juan Carlos Osorio.
México siguió asediando al cuadro rival sin obtener recompensa alguna en la anotación, quedándose cerca con un cabezazo de Carlos Vela que se estrelló en el palo de Tim Howard.
Estados Unidos hizo pagar caro al combinado tricolor que ese día vistió el clásico uniforme negro con vivos en verde. Fue arrancando la segunda mitad cuando Bobby Wood emparejó los cartones con un letal contragolpe, para poner en duros aprietos a la Selección Azteca.
El agónico gol que rompió el maleficio
El complemento fue un auténtico toma y daca de los clubes involucrados, con múltiples llegadas en las áreas, pero sin encontrar la anotación que tanto se buscó.
Cuando parecía que la Selección Mexicana saldría solamente con el empate de Columbus, apareció el cabezazo agónico de Rafael Márquez después de un centro a primer palo de Miguel Layún desde el córner izquierdo, algo que no desaprovechó “El Kaiser” para mandar a guardar el esférico con un auténtico testarazo a segundo poste.
“…como si hubiéramos calificado de una vez al Mundial”
El golpe anímico dentro del grupo fue tremendo, tal y como lo relató Jorge Ríos, quien se desempeñó como preparador físico en la era de Juan Carlos Osorio en la Selección Mexicana.
“Nosotros en un tiro de esquina, eso fue en el 92 si no me falla la memoria, conseguimos un gol a través de Rafa Márquez que para nosotros fue como si hubiéramos clasificado de una vez al Mundial, una alegría inmensa por haber ganado ese partido y derribar ese obstáculo que se generaba con esa paternidad que tenía Estados Unidos sobre México”.
A repetir la dosis en diferente escenario
La noche de este viernes, México se meterá ahora al recién inaugurado TQL Stadium ubicado en Cincinnati, para tratar de repetir la dosis de aquel histórico 11 de noviembre del 2016.
Será el primer partido de clasificatoria mundialista para Gerardo “Tata” Martino visitando territorio estadounidense; aunque no tiene muy buenos recuerdos de sus dos últimos resultados ante el acérrimo rival, pues Estados Unidos lleva dos finales al hilo derrotando a la Selección Azteca: en la Concacaf Nations League donde se impusieron 3-2 en tiempos extra y en la Copa Oro por la mínima en la misma circunstancia de juego.
Un partido donde el cuadro tricolor llegará mermado tras perder a Héctor Moreno por molestias musculares, por lo que habrá cambios en la pareja defensiva donde por primera vez jugarán juntos Julio César Domínguez y Johan Vázquez.
En contraparte, los dirigidos por Gregg Berhalter llegarán con todas sus figuras disponibles como Weston Mckennie, Christian Pulisic, Paul Arriola y Ricardo Pepi.