En Francia, el Stade de France de París será el escenario de la final de la Champions League, el 28 de mayo, en lugar de San Petersburgo.
Por tercer año consecutivo la final de la Champions League tuvo que ser cambiada de sede y en esta ocasión fueron por actos bélicos de Rusia contra Ucrania.
Después de varias juntas y reuniones en la que la UEFA decidió remover a la final de la Champions League en Rusia, este viernes tomaron la decisión que sería en París dónde se jugaría.
El estadio de las afueras de París ya albergó la final de la Champions en 2006, en la que el Barcelona derrotó al Arsenal, y la de 2000, en la que el Real Madrid se impuso al Valencia. En un comunicado tras una reunión extraordinaria celebrada este viernes en su sede de Nyon.
“La UEFA desea expresar su agradecimiento y reconocimiento al presidente de la República Francesa, Emmanuel Macron, por su apoyo personal y su compromiso para que el partido más prestigioso del fútbol europeo de clubes se traslade a Francia en un momento de crisis sin precedentes”.
“Junto con el gobierno francés, la UEFA apoyará plenamente los esfuerzos de las múltiples partes interesadas para garantizar la provisión de rescate para los jugadores de futbol y sus familias en Ucrania, que se enfrentan a un terrible sufrimiento humano, destrucción y desplazamiento”
La final estaba inicialmente prevista en el Gazprom Arena de San Petersburgo, estadio que ya albergó varios partidos de la Eurocopa en junio y julio pasados.
Por otro lado, la UEFA no hace ninguna referencia a sus relaciones con Gazprom, el gigante energético ruso que es uno de los mayores patrocinadores de la confederación europea de futbol.
La UEFA decidió también que todos los partidos en los que equipos rusos y ucranianos jueguen como locales se disputarán en terreno neutral hasta nueva orden en reacción por la invasión de Ucrania por el ejército de Rusia.
Rusia lamenta decisión y pierde más de 60 millones de euros
Rusia lamentó hoy la decisión de la UEFA de trasladar a París la final de la Champions League que debía disputarse el 28 de mayo próximo en San Petersburgo.
“Es una pena, desde luego, que se haya tomado esa decisión”, declaró el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, en rueda de prensa.
Agregó que San Petersburgo, la segunda ciudad del país, estaba en condiciones de ofrecer “condiciones agradables y confortables para la celebración de esta fiesta del fútbol”.
El cambio de sede supone un impacto de unos 60-70 millones de euros en la ciudad de nacimiento de Vladimir Putin, una importante inyección económica que ya no percibirá por albergar el partido más importante del año a nivel de clubes.
Iba a ser el gran evento a nivel de clubes del San Petersburgo Arena, un estadio carísimo y cuya construcción llevó más de una década. Desde que se puso la primera piedra en 2007 hasta que se inauguró transcurrieron más de diez años.
Un golpe para San Petersburgo que se aprestaba a acoger la primera final de la Champions pospandemia.
La última que se disputó en situación de normalidad, la de 2019 en Madrid, dejó un impacto económico en la ciudad de 63 millones de euros, según confirmó a Efe Miguel Garrido, presidente de la patronal madrileña de empresarios CEIM.
En total, hospedar la final de la Champions que enfrentó a los ingleses Liverpool y Tottenham Hotspur en el Wanda Metropolitano generó unos 123 millones en la capital española, de los que cerca de 63 se quedaron en ella.
“Celebrar eventos de este calibre es muy beneficioso para las ciudades y repercute en muchos sectores como ocio, restauración, transportes y entretenimiento”, añade Garrido, quien también aporta que los ingresos han ido mejorando con los años, ya que en 2010, cuando Inter de Milán y Bayern de Múnich jugaron en el Santiago Bernabéu, se recaudaron unos 50 millones.
“No solo es la repercusión económica, también la publicidad de la propia ciudad. La marca Madrid llegó a 350 millones de personas gracias a la final de la Champions”, agrega Garrido.