Tijuana, Baja California.– En entrevista, el boxeador Julio César Chávez contó cuando estuvo por primera vez en rehabilitación en un espacio con 120 personas, aceptando que pasó los peores cuatro meses de su vida y en el lugar, amenazó con llevar a varios capos del narcotráfico.

En la plática, Chávez aseguró que “lo engañaron”, ya que su familia le dijo que lo iban a llevar a una clínica en Guadalajara, pero tuvo que ir a rehabilitación, debido a que vomitaba sangre y estuvo cerca de quitarse la vida. 

Debido a que quería que lo dejaran en paz, Julio César Chávez hizo el viaje, pero creía que iba a estar en un lugar con televisión, y tenía una cancha de futbol enfrente de donde estaba, pero fue todo lo contrario. En el lugar, su “padrino” le pidió conocer a unas personas y el boxeador aceptó que iba crecido, egocéntrico, como el “Gran Campeón Mexicano”. 

Me meten al galerón y me cierran la puerta de fierro. Así no más. Volteo y voy viendo a 120 ca& todos cochinos y todos mugrosos, y me dicen: “Échale humildad””, contó Chávez. 

Chávez señaló que estaba incrédulo ante la situación, y tras la petición de “echar humildad”, les preguntó a los demás si no sabían quién era, por lo que una persona le respondió que sí, que “era un adicto más”. 

Soy el campeón mexicano, les digo; ¿cómo voy a estar aquí con esta bola de mugrosos? ¡Sáquenme de aquí! Me agarro a chin&, vienen cinco ca& y a los cinco los noqueó, me los chin&; pero con 20 ca& me ponen una& y me amarran. Pase los cuatro meses más amargos de toda mi vida, te lo juro”, contó Chávez. 

 

Chávez amenazó con llevar a capos y quemar el lugar

En el primer mes, Julio César Chávez estuvo “amarrado” y posteriormente, lo soltaron, pero el boxeador lamentó que no pudo hablar con su familia y tuvo que “echar humildad”, ya que era uno más. En el lugar, le comentó a “su padrino” que lo dejara ir, pero solo recibía negativas. 

“Lloré un chin& ahí, lloraba y decía: “Díos mío, ¿qué hice para merecerme esto?””, contó. 

A los cuatro meses, JC Chávez salió del lugar, pero contó que a las personas con las que compartía espacio, los llegó a amenazar con traerles a narcotraficantes, entre ellos el “Chapo” Guzmán. 

Les decía: “Les voy a echar al Chapo Guzmán, hijos& al Mayo Zambada, al “Azul”, a Amado Carrillo”, que eran amigos míos, “hasta quemarles el lugar”. Después me hice amigo de mi padrino”, contó Chávez.

El boxeador aceptó que en el lugar era como una cárcel y en un rincón, las personas hacían sus necesidades fisiológicas. A los cuatro meses salió y volvió a drogarse, por lo que hizo sufrir a su familia por dos años, hasta que en un viaje a Tijuana, un doctor se puso de acuerdo con su esposa para sedarlo y llevarlo a una clínica, donde se recuperó.

Actualmente, Julio César Chávez tiene más de diez años sin consumir drogas y también lamentó que teniendo desde casas, hasta autos lujosos, no podía disfrutar de lo que había conseguido, debido a que se drogaba en el cuarto de los trabajadores de la mansión donde vivía.

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