Rafael Nadal agachó la cabeza durante los cambios de pista y apoyó los codos en las rodillas, la viva imagen de la resignación.

El año ya había comenzado mal para él, luego de un 2022 empañado por todo tipo de problemas de salud, pero alcanzó su punto más bajo en el Abierto de Australia el miércoles.

El campeón vigente, y primer preclasificado en Melbourne, se lesionó la cadera izquierda y cayó en segunda ronda ante Mackenzie McDonald por 6-4, 6-4, 7-5, lo que acabó de forma abrupta con su defensa del cetro y con su intento de ampliar su récord a 23 títulos de Grand Slam.

“Es un momento difícil. Es un día difícil”, afirmó el español, de 36 años. “No puedo decir que no esté destrozado mentalmente en este momento, porque estaría mintiendo”.

Nadal se levantó de forma torpe luego de un punto al final del segundo set contra el estadounidense McDonald, que ocupa el puesto 65 en el escalafón de la ATP.

El mallorquín recibió la visita de un entrenador en la banda y luego abandonó la cancha para una pausa médica. En la grada, su esposa se secaba las lágrimas. Regresó a la cancha, pero con evidentes problemas físicos y más tarde explicó que tampoco podía golpear bien de revés ni correr demasiado.

Pero, como campeón defensor, dijo no quería marcharse con una retirada a mitad de partido.

Nadal explicó que había sufrido molestias en la cadera en los últimos días, pero nunca tan fuertes como el miércoles. Apuntó que desconocía la naturaleza exacta de su lesión, pero añadió que se someterá a pruebas para determinar si el problema está en un músculo, en la articulación o en el cartílago.

“Es un campeón increíble. Nunca se rinde, independientemente de la situación, por lo que acercarse a un tipo de su nivel es siempre difícil”, afirmó McDonald, de 27 años y campeón universitario de individuales y dobles en 2016. “Seguí centrándome en mi y salí adelante”.

Esta es la eliminación más temprana de Nadal en un Grand Slam desde su tropiezo en primera ronda en Melbourne en 2016 contra Fernando Verdasco.

McDonald nunca ha superado los octavos de final de un major. En su único enfrentamiento previo con Nadal, en Roland Garros en 2020, solo pudo ganar cuatro games en un partido muy desigual.

Al final Rafael Nadal recibió un apretón de manos de su rival Mackenzie McDonald. 

Hace un año, Nadal se coronó en Melbourne y sumó su 21er título en un Grand Slam. Unos meses más tarde, en París, aumentó su cuenta a 22, más que ningún otro tenista en el circuito masculino.

Actualmente ocupa el segundo puesto en el ránking de la ATP, pero en Australia funge como primer cabeza de serie por la lesión de su compatriota y número uno mundial, Carlos Alcaraz.

Pero últimamente su cuerpo le ha estado jugando malas pasadas.

Tuvo que inyectarse analgésicos para su pie izquierdo en su camino a la victoria en Roland Garros en junio, se retiró de Wimbledon en julio antes de las semifinales por un desgarro muscular en los abdominales y sufrió un problema en el cartílago de las costillas.

La salida de Nadal resta más brillo al torneo. Nick Kyrgios, finalista de Wimbledon el año pasado, se retiró para operarse la rodilla izquierda; Naomi Osaka, con cuatro grand slams en su palmarés, no compite este año porque está embarazada; Simona Halep, ganadora de dos majors, cumple una sanción por dopaje y Venus Williams se ausentó por lesión.

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