Jakub Jankto, actual jugador del Sparta Praga, se declaró homosexual y ha aparecido su expareja, Markéta Ottomanská, para hablar sobre la relación de la que surgió un hijo.

Jankto juega en la República Checa, aunque su pase pertenece al Getafe de la Liga Española. El lunes publicó en sus redes sociales un video en el que revela su orientación sexual: “Ya no quiero esconderme”.

 “Como todos los demás. Yo también quiero vivir mi vida en libertad. Sin miedos. Sin prejuicios. Sin violencia, pero con amor”.

La relación de Jakub Jankto

De 27 años, Jankto es seleccionado de su país y durante años mantuvo una relación con Markéta Ottomanská, quien aclara que aunque no sabía sobre la homosexualidad del jugador, sí entendía que tenía fuertes contradicciones internas.

Jakub Jankto con el Getafe.

“Estoy orgullosa de que haya podido reunir la fuerza para salir a la luz públicamente”, declaró la mujer checa, en entrevista con iDNES.

“Es el primer futbolista que lo anuncia. Quizás solo lo admitieron aquellos que terminaron sus carreras. Todos los demás lo mantienen en secreto”.

Como Jankto, la mujer entiende que el mensaje del jugador no es tanto para recibir apoyo como para ayudar a que otros futbolistas acepten sus preferencias sexuales sin temor.

Jankto, su hijo y Ottomanská.

Además, reveló que tras el anuncio, el futbolista ha recibido amenazas: “Seguro que todavía hay muchas personas que le escriben mensajes privados y lo amenazan. Es terrible que algo así siga ocurriendo en estos días. Personas extrañas interesadas en la vida de otras personas”.

Se enfocan en ser padres

Reveló también que cuando estaba juntos y Jankto le reveló que era homosexual, la dejó en libertad para tomar su camino y hoy ambos están en paz.

“Ahora lo importante es que esté cómodo y feliz. Seguramente se sentirá aliviado y nada se lo comerá por dentro. Tenía miedo de que la gente no lo aceptara por lo que era. Estaba estresado por eso. Creo que a la gente le gustará tanto como antes”.

Incluso Ottomanská recordó que en su relación ambas partes tenían asuntos sin resolver y aunque ya no están juntos, se sienten tranquilos y más preparados para la paternidad.

“(Nuestra relación) está en el pasado, ya no me ocupo de eso… lo que estaba pasando también se debía a que yo tenía un trauma no resuelto de mi niñez, el divorcio de mis padres. Hablé de eso el año pasado porque necesitaba cerrarlo para mí. Ahora operamos sobre una base neutral: somos padres, así que tenemos que llevarnos bien”.

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