La fiesta de la adrenalina y velocidad que tiene por música el rugido de motores, regresó a las terracerías de la sierra leonesa con el retorno del Rally Guanajuato.
Hace poco más de un año, en el cerro de El Gigante retumbaban estruendos subterráneos y temblaba, atemorizando a la gente.
Pero ahora el estruendo fue de los motores de los competidores del Campeonato Mundial de Rally (WRC), que regresó a emocionar a una afición a la que no le importa madrugar o hasta pasar la noche en la sierra, ni el calor ni el polvo.
Decenas de aficionados tomaron sus lugares en las mejores curvas del Shakedown y entre cumbias, máscaras de luchador y banderas de México, regresaron a las terracerías de Guanajuato.
Vale la pena esperar
Apenas se asomaban los primeros rayos de sol cuando niños, señoras y hasta adultos mayores ya caminaban para tomar lugar en el recorrido que se hizo en la zona de Alfaro, a unos minutos de León.
Al menos tres horas de espera, pero entre bromas, música y cantos, la afición aguantó el arranque y ahí, entre las piedras, mezquites y huizaches, había de todo.
Estaba el Súper Muñeco, el sombrero de paja con el “Viva México”, la bandera mexicana y también los mezcales, las cervezas y la comida para esperar.
No importa quedar cubierto de polvo, la emoción nadie se las quita y pocos se resisten, como Pedro, uno de los trabajadores del Sistema Integral de Aseo Público de León, quien no se resistió a tomarse una foto con la bandera mexicana mientras pasaba uno de los autos.
PILOTOS DEL RALLY CONVIVEN CON NIÑOS QUE LUCHAN CONTRA EL CÁNCER.