La permanencia del semáforo en rojo en el paradero de “Poliforum” provoca la mirada curiosa de propios y extraños que, por la afluencia de la gente, despiertan en ellos el interés por conocer lo que existe al otro lado de la concurrida calle.
Y es que el salón “Gobernador”, ubicado justo en el lado izquierdo del Hotel Real de Minas, es la sede del Festival Olímpico de Boxeo 2023 que reúne a cientos de jóvenes boxeadores con un sueño en común: cimentar su legado como mexicanos arriba del cuadrilátero.
El evento va más allá de algo local, pues reúne a distintos estados de la República Mexicana tales como Jalisco y Chihuahua, quienes tienen representación en fisioterapeutas, entrenadores y mismos competidores.
Uno de ellos es Héctor Carbajal, joven de apenas 16 años de edad que ha estado involucrado en el ambiente boxístico desde sus nueve años.
“A mi papá le gustaba mucho y de morillo a mi también me llamó la atención, entonces nos metimos y aquí seguimos para adelante con una muy buena motivación y muchas ganas de ganar aquí”.
Con un uniforme de mangas rojas y la parte del abdomen en azul, es innegable percibir a kilómetros de distancia el estado al que representa: Jalisco, lugar donde ha comenzado a construir su carrera a base de disciplina.
“Siempre tenemos dos sesiones de gimnasio y, un mes antes de la competencia, nos metemos a una dieta muy estricta”.
Todo aquello para lograr una meta que lleva en su mente desde que incursionó en este deporte: “Quiero ser un referente del boxeo en mi país y ser reconocido en todo el mundo”.
Sin embargo, para lograr dicho objetivo se necesita el apoyo de muchas personas en el medio y, entre los que más destacan, son los entrenadores como Juan Sosa, quien ha venido desde Chihuahua para darle vida a este evento.
“Ya llevo diez años como entrenador, pero en el boxeo llevo desde los once años. Es un deporte maravilloso porque está repleto de disciplina y ver a los muchachos lograrlo es mucha satisfacción”.
Con cubrebocas puesto que evoca los tiempos pandémicos, Sosa aclara el sentir de ver la calidad boxística de los jóvenes dentro de un recinto lleno de gritos, porras y saltos: “Es una sensación muy bonita verlos allí arriba”.
Aquel ambiente efusivo que se puede vivir dentro del recinto se debe en parte al apoyo de familiares, tal y como el jalisciense Alberto Puentes lo externa mientras sigue pegando de gritos para su joven paisano que está peleando sobre el ring.
“Siento de verdad muchísimo orgullo por los logros que tiene, el esfuerzo se ve reflejado y la verdad es mucha la emoción de ver combates de alto nivel en un deporte que es cultura, ‘mano’”.
Lo que era una simple afición, hoy se convirtió en algo completamente diferente desde que su hijo, Gregorio Puentes, se adentró al sueño de ser boxeador profesional.
“Yo era un simple aficionado, pero desde que entró mi hijo, esto ya es un modo de vida”.
Con presencia de diferentes estados del país, el evento ha arrancado este mismo sábado y no parará en intensidad hasta el próximo jueves 27 de abril, día en el que está programada su culminación después de cinco arduos días de competencia.