El dinero no era ningún problema para don Santiago Bernabéu, quien se comunicó directamente con Antonio Carbajal pues su intención era llevarlo al Real Madrid. Nunca se esperó la respuesta del “Cinco Copas”, quien nunca tuvo interés en dejar una ciudad que le dio todo.

“Me gustaba vivir en León”, aseguró el exarquero felino, quien aseguró que pese a lo poco que dejaba el futbol en ese entonces, no cambiaría nunca todas las experiencias que vivió en el Bajío a partir de, más o menos, 1950.

“Con el tiempo puse mi negocio así que sacaba lo necesario para vivir bien, lo del futbol era poco y lo que sobraba de la vidriería, ¿qué más quería?, y no me arrepiento (…) Estaba muy a gusto en la casa donde vivía al inicio, León era muy chiquito e iba a misa los domingos en el centro, después nos íbamos caminando a La Martinica donde jugué toda mi carrera”, recordó Carbajal en una entrevista con AM.

Carbajal en una entrevista con el cronista Blas Barajas | Foto: Archivo

Esos momentos, agregó, no sólo servían para concentrarse y tranquilizar la mente previo al partido, sino también para convivir con los aficionados que en grupo, los acompañaban en una buena parte del camino.

“Íbamos platicando en el camino, nos decían que había que ganar, que éramos los mejores, “nada de que te metieron un gol”, me decían, y yo les respondía que procuraría que no me anotaran, a veces cada cosa que te decían, pero te la pasabas bien”.

El futbol era distinto en aquellos años, pues aunque la entrega en la cancha permanece, el amor a la camiseta era evidente en los jugadores y eso lo percibía la afición que incluso cooperaba para mejorar el salario de “sus” futbolistas.

“Marcos Aurelio era de los que ayudaba mucho, cuando se terminaba el partido nos reunía a todos en el centro de la cancha, se acercaba a la tribuna y le decía a los aficionados que nos dieran una propina, que habíamos jugado bien, nos formaba a todos y bajaba la gente de sombra, te acercabas y la gente por el alambrado te daba dos pesos, cinco pesos, ahí ya te ganabas una lanita más”, recordó la Tota.

El arquero felino posa junto con José Alfredo Jiménez | Foto: Archivo

Quien se negó a vestir la camiseta del conjunto merengue, decisión que fue mal vista por muchos que nunca entendieron las razones que lo llevaron a esto pues nunca estuvieron bajo los tres palos en la cancha de La Martinica.

“La afición respondía porque te entregabas, no digo que ahora no lo hagan pero el futbol es diferente, antes te entregabas más, llegabas a un equipo y ahí te quedabas para siempre”, concluyó.

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