México más o menos mejora, pero ilusiona con una 3-1 sobre Haití y eso le permitió mostrar una versión más sólida que en el triunfo sobre Honduras. Para un equipo con problemas de gol, sumar seis puntos en dos partidos es un síntoma saludable en Copa Oro 2023.
Además, la reconciliación continúa. Más de 34 mil aficionados en el State Farm Stadium de Glendale, aunque con numerosos espacios vacíos.
La redención es absoluta. La versión de este México de Jaime Lozano, rebasa cualquiera de los momentos más lúcidos con Diego Cocca. Sí, los jugadores son una versión inesperada de sus caricaturas ridiculizadas en los amistosos previos y en la Liga de las Naciones.
México y una vieja tara: la falta de gol. Un primer tiempo de dominio estéril. De cercar a Haití y levantarle un monumento a su arquero. Henry Martín y sus titubeos, Edson Álvarez y el poste, balones rebotados en cuerpos propios y cuerpos ajenos.
Es así que al minuto 7 y al ’29, Haití se planta de cara al gol, pero entre remate defectuoso y la puntualidad de Guillermo Ochoa, México conservaba virgen el marcador, más allá de que hay un yerro de Luis Romo al entregar el balón a Guerrier, quien completamente solo apunta al cuerpo del arquero mexicano.
Era una sensación compartida. Entre un México dominante y un Haití amenazante, sólo quedaban la expectativa y las expectaciones por ver quién encontraba la brújula de sus cañones torcidos y así se fueron al descanso.
En el regreso, México se asoma al marcador con inusitada rapidez. Apenas segundos, y despliegue de Uriel Antuna, en una versión exclusiva para el Tri. Balón al área y Henry Martín extiende el pescuezo que había estado contraído. Cabezazo y 1-0.
El 2-0 llega minutos después. Salida desde el fondo de México, en enlaces de primera intención, hasta que Jesús Gallardo llega a fondo, mete potente servicio raso, y anticipa el haitiano Ricardo Adé, a la amenaza de Henry. Héroe por rescatar el balón, villano por refugiarlo en su propio arco. 2-0.
Pero Haití estaba lejos de meterse en la tumba. Cobro a balón parado. Jesús Gallardo y Julián Araujo se equivocan en la marca, presionan y saltan. Sin convicción ni atención. Danley Jean remata sólido de cabeza el servicio de Etienne. 2-1, ’78.
La reacción de México fue casi inmediata. Despliegue a fondo por derecha. El iluminado Antuna lanza citatorio a segundo palo. El remate de Santiago Giménez es tan complejo y desesperado como eficiente, para el 3-1 al ’82. La afición pasa de la angustia y la ansiedad a la felicidad. Sin duda, Santi despierta un acogimiento general.
Con el pase a Cuartos de Final, México dispondrá de la posibilidad de hacer rotaciones ante Qatar el próximo domingo en Santa Clara, donde permanecerá hasta el jueves siguiente después del partido de cierre del Grupo B y con destino a Dallas.