Era el séptimo día del décimo mes del 2022 cuando una figura de mejillas pobladas de barba y cabello un tanto rizado, resonó en mi recuerdo al tener una sólida participación sobre el montículo del Rogers Centre.
Con un hit y dos ponches en 1.2 entradas de labor, Andrés Clemente Muñoz escribió el primer capítulo de una promisoria trayectoria en la historia de la Postemporada de la Major League Baseball (MLB).
Frente a las miradas de 47 mil 402 personas, el mexicano hizo gala de su calidad con cuatro lanzamientos que rebasaron las 100 millas por hora para sellar la victoria de 4-0 por parte de los Marineros de Seattle sobre los Blue Jays de Toronto en el primer juego del Wild Card de la Liga Americana.
Aquello marcó el inicio de una de las carreras más prometedoras de un pelotero mexicano en las Grandes Ligas.
La lesión que lo marcó a inicio del 2023
Más allá de ser barridos ante los Astros de Houston en la Serie Divisional del joven circuito, los aprendizajes fueron demasiados para los Marineros, quienes se han enfocado en seguir con su promisorio proyecto en el 2023.
Además de la postemporada, Muñoz demostró consistencia a lo largo de la temporada regular.
A pesar de tener un récord de cinco derrotas y sólo dos victorias, demostró cautela y decisión en la temporada regular con 96 ponches y 15 bases por bola en 65 entradas de trabajo.
Dichos números derivaron en la vital decisión de ser elegido como el ‘preparador’ del cerrador durante toda la temporada del 2023.
Sin embargo, una noticia arruinó sus planes a inicios del año, pues una operación en el pie derecho lo alejó por un largo rato del montículo al grado de ser una baja importante para México en el Clásico Mundial de Beisbol.
Para su buena fortuna, tuvo una buena rehabilitación y vivió un pronto regreso al disputar tres de los primeros seis juegos de su equipo.
Sus números fueron buenos para el inicio:
- 3.1 innings.
- 4 hits.
- 1 base por bola.
- 0 carreras recibidas.
- 3 ponches.
Todo marchaba bien hasta nueve días después de la inauguración de la nueva temporada, pues una lesión en el hombro derecho, lo mandó a la lista de lesionados por un largo periodo cuando, desde un inicio, se creeía que sólo sería por 15 días.
El irregular regreso
Con un turbio antecedente durante la pandemia al ser sometido a una cirugía de Tommy John cuando portaba la franela de los Padres de San Diego, su recuperación se alargó hasta exactos dos meses.
Fueron 60 días en los que Muñoz se ausentó de su equipo que, a pesar de su baja, se mantuvo peleando los puestos de Postemporada en la División Oeste de la Liga Americana.
Aquello fue justo y necesario, pues a partir del martes 6 de junio, volvió a lucir su calidad sobre el montículo con nueve actuaciones en las que cumplió con algo de irregularidad por un sinuoso final.
Y es que hasta el 30 de junio, llevaba un registro de apenas un hit recibido en 6.2 entradas con 15 ponches incluidos.
Fue el último día del sexto mes del año cuando registró su peor salida de la temporada ante las Mantarrayas de Tampa Bay al recibir cuatro hits y misma cantidad de carreras en sólo una entrada de trabajo, siendo dicha situación lo que lo llevó a tener una efectividad del 3.00.
La resiliencia en un mismo año
A pesar de aquel dolor de no poder ayudar a su equipo en situaciones determinantes, “El Plebe” ha sido un verdadero ejemplo de resiliencia en su persona.
Aquella cirugía en San Diego y una más en Seattle, no han sido impedimento para hacer que pierda su calidad como lanzador.
Sin perder el toque, el originario de Los Mochis ha tenido un julio de revalorización en cuanto a estadísticas se refiere en seis juegos de labor.
Con dos juegos ante los Astros de Houston y cuatro restantes ante Tampa Bay, Gigantes de San Francisco, Tigres de Detroit y Mellizos de Minnesota, se ha convertido en un auténtico hombre de confianza y temple a la hora de lanzar.
Con dos victorias y una derrota, ha bajado su efectividad a 1.42 y, sus demás estadísticas, son de gente grande:
- 6.1 innings.
- 2 hits.
- 1 jonrón.
- 1 carrera (HR).
- 2 bases por bola.
- 10 ponches.
Por si fuera poco, los bateadores han comenzado a sufrir de nuevo a la hora de enfrentarlo con sólo permitir un promedio de bateo de .095.
Un ejemplo de su consistencia es el turno que tuvo ante Carlos Correa, pues con cuatro disparos que rebasaron las 90 millas por hora, terminó por dominarlo con un ponche al siempre tenerlo abajo en la cuenta.
El ancla
Quizás los Marineros de Seattle (47-47) no alcancen la postemporada, pero esta experiencia puede ser el ancla para Andrés Muñoz y un estrellato que promete hacer historia.
Aunque aún faltan muchos juegos por disputar en su carrera profesional, ya alcanzó los 155 ponches de por vida con apenas 24 años de edad.
Espero que, de todo corazón, las lesiones se alejen de su persona de una vez por todas, pues en ese brazo derecho ostenta un enorme potencial con velocidades que muy pocas veces se han visto en el beisbol.
Por eso, es mayormente plausible esa resiliencia ante los duros golpes de la vida, porque sin importar las duras lesiones, se ha levantado en esa búsqueda incesante por alcanzar su sueño.
Tarde o temprano, Andrés, pero llegarás al estrellato.
Y qué orgullo.
Orgullo mexicano.
-El Dugout del Gabo.