Buenos Aires, Argentina.- Washington Aguerre llegó a ser capitán de Querétaro y tuvo un gran torneo en el Clausura 2022, al punto tal que para la opinión pública fue uno de los mejores arqueros de la Liga MX. Sin embargo y sin muchas explicaciones, pasó a no ser tenido en cuenta cuando el club volvió a ser manejado por Jorge Alberto Hank, también dueño de Xolos.
Después de haber rescindido su contrato, el uruguayo rompe el silencio en una entrevista exclusiva con Súper Deportivo.
- ¿Qué balance haces de tu paso por Querétaro?
Al principio, todo fue muy lindo y me sentía bien. Después del 5 de marzo del año pasado y con el cambio de directiva, cambió todo. Fueron ocurriendo decisiones que me dejaron 10 meses sin jugar. Yo intenté llegar a un acuerdo con el club, pero la directiva se portó muy mal.
- En ese lapso que estuviste parado, ¿tuviste ofertas?
Sí, llegaron, pero a ellos (los directivos) lo único que les interesaba era lo económico y nadie pensó en lo deportivo. Yo pedí que, al menos, me dejen ir a préstamo a otro club para poder tener minutos. Pero no hubo caso. Y a eso se suma que se portaron muy mal en cuanto al tema sueldos.
- ¿Te debían plata?
Estuve seis meses sin jugar y seis sin cobrar. Ahora que rescindí y con abogados de por medio, se pudo empezar a negociar todo. Para mí, fue muy complicado todo porque iba a entrenarme y sabía que el DT (Mauro Gerk) no me tenía en cuenta. Yo daba el cien por ciento, pero ni amistosos podía disputar.
- ¿Pensaste en el retiro?
Por momentos, tuve ganas de retirarme porque sentía que la directiva y el cuerpo técnico jugaron conmigo. El club me decía que la única forma para rescindir es que yo me vaya y no cobre nada de lo que me correspondía. Creo que si no lo hice fue porque pensé en mi hijo de 10 años y en mi beba de tres meses. Yo quiero ayudar económicamente a mi gente y por ellos aguanté esto. Quiero que no les falte nada.
- ¿Pudiste hablar con Hank alguna vez?
Tuve una charla y él me dijo que íbamos a buscarle una solución. Yo le manifesté que estaba dispuesto a hacerlo. Pero fueron pasando los días y los meses y nada cambiaba. Hablé con Gerk y otros directivos y todos me decían que Hank era el que decidía. Mi representante fue el que habló con el dueño y él insistía que tenía que dejar todo el contrato o si venía un equipo, que haya un buen dinero. Cuando estábamos por llegar a un acuerdo, después desaparecían. Hasta que un día me cansé y dije: voy a poner abogados.
- ¿Y tus compañeros te ayudaron?
Ellos me preguntaban y sabían perfectamente la situación. Pero hablaban cuando había atrasos con ellos, pero cuando se regularizaba la situación, se callaban. Los referentes se lavaron un poco las manos y trataban de no meterse.
- ¿Te preguntaste ‘Por qué a mí’?
Sí, claro. Llegué a ser el capitán del equipo y, de la noche a la mañana cuando llegó esta directiva, cambió todo. Siempre entrené al 100. Di lo mejor de mí. Me preguntaba a mí mismo y también a la directiva por qué pasaba esto. Y por más que me debían dinero, nunca dejé de entrenarme. Yo pedía que estuvieran al día conmigo y lo único que me decían en el club que decían era decisión de Hank.
- En medio de todo esto, nació tu hija. Imagino que no debe haber sido una situación sencilla…
Yo estaba sin cobrar y nadie del club siquiera me llamó para ver si necesitaba algo para la beba. Ahí fue cuando me sobrepasó todo y decidí recurrir a la faceta legal. Gracias a Dios, no tuve que pedirle dinero a nadie, pero sí tuve que dejar cosas: dejé de vivir en el apartamento porque no lo podía pagar. Después, nos fuimos a un hotel y también los gastos eran muchos, hasta que decidí irme a la casa de un amigo.
- ¿Y qué pasó con tu esposa y tu beba (su hijo de 10 años está en Uruguay con su ex pareja)?
Tomamos la decisión de que se fueran a la casa de su papá, en Ciudad de México. Y yo me quedé en lo de mi amigo Víctor, que es el barbero de muchos jugadores del club. Encontrarme con gente como él fue una bendición. Y más siendo extranjero. Estuve los últimos tres meses en su casa. Él me comentó que cuando llegó a Querétaro mucha gente lo ayudó y él me dio una mano tremenda.
- ¿Qué imaginás para tu futuro?
Si tengo que bajar en lo económico, lo haré porque mi prioridad hoy es lo deportivo. Sé que si me va bien, lo otro va a terminar llegando. Estoy seguro que volveré a ser el de antes. Esta situación me hizo muy fuerte. No digo que fue algo bueno ese momento que viví, pero salí fortalecido. Estoy preparado para lo que me toque.