Con tres victorias en cinco partidos disputados en el segundo semestre del 2023, los Bravos de Ciudad Juárez están amenazando con ser un equipo contendiente al título a partir del actual torneo Apertura. 

Con Diego Mejía como principal cabeza del proyecto al ser estratega y estar inmiscuido en el proceso formativo de sus fuerzas básicas, los ideales de esta institución han aterrizado en León para hacer acto de presencia en la Copa Nacional AM. 

En la figura de Marco Antonio Ferreira, quien es hijo de la leyenda esmeralda de “Chato” Ferreira, se depositan las esperanzas de ese detecto de talento que siga forjando el trabajo a futuro del cuadro fronterizo.  

“Hay mucho talento en esta ciudad en la que yo viví tantos años y pues venimos con la misión de reclutar potencial para seguir en las vías de este proyecto. La tendencia está revolucionando el futbol mexicano por esa apuesta a los jóvenes y Juárez experimentando un cambio muy grande en la institución”. 

Y es que los juarenses navegaron en el mar de la incertidumbre por muchos torneos en el campeonato local, pues no han podido clasificarse a la Liguilla del balompié mexicano desde su arribo en el Apertura 2019. 

Ferreira durante el desarrollo del torneo en la Deportiva del Estado. Foto: Gabriel Márquez.

Sin embargo, las cosas están cambiando y con 39 años de edad, Marco es fiel testigo de ello al ser pieza importante de ese trabajo incesante de fuerzas básicas. 

“Tienen una ambición grande y agresiva en el sentido de que estamos pisando todos los estados de México para tener un proceso de formación que les permita a los ‘chavos’ llegar a Primera División y, ¿por qué no? También Selección Mexicana”. 

Con un profundo sentimiento de cariño hacia la ciudad, donde además cristalizó su sueño de tener una escuela formativa, Ferreira se encuentra desarrollando ese ojo clínico que le permita llenar de talento al máximo circuito de la Liga MX.

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