Más de 3 mil 500 días se han suscitado en el globo terráqueo desde aquel cardíaco séptimo y decisivo cotejo entre los Mayos de Navojoa y Naranjeros Hermosillo, siendo estos últimos los que se erigieron como los mejores de toda la Liga Mexicana del Pacífico (LMP) en su temporada 2013-14 al ganar su quinta serie final al equipo del sur del estado de Sonora que, a su vez, es el equipo con más subcampeonatos del circuito con 10.
Aquella noche del 29 de enero del 2014, donde sacaron a relucir su orgullo en el séptimo inning con un ataque de siete carreras que les otorgó el triunfo tras llegar en desventaja de 1-2 a dicho episodio, se ha convertido en un recuerdo lejano.
Ese equipo, el cual escribió una historia para el recuerdo al mando de Matías Carrillo al registrar una temporada regular apabullante con marca de 22-12 en la primera vuelta y de 20-13 en la segunda para un total de 42 victorias y 25 derrotas, se extraña demasiado en Hermosillo.
Imponerse en la Serie del Caribe del 2014 significó el último éxito en casi una década para el máximo ganador del circuito invernal mexicano gracias a 16 campeonatos en su haber.
Después de cuatro títulos en un lapso de 14 años (2000-01, 2006-07, 2009-10 y 2013-14), la novena hermosillense ha caído en una sequía muy complicada de sopesar.
La situación más cercana a un nuevo título se dio en la temporada 2020-21, donde dejaron ir una ventaja de 1-3 sobre sus archirrivales Tomateros de Culiacán que, al mando de Benjamín Gil, forzaron al juego siete y se coronaron como Bicampeones gracias al jonrón solitario de Jesse Castillo en la décima entrada disputada en un solitario Estadio Sonora.
Un juego que dolió perder en demasía al ser conocido como “El Clásico de la Liga” por una rivalidad que creció en los años 90 a raíz de la desaparición de los Ostioneros de Guaymas por problemas económicos en 1991.
Los amargos antecedentes con Juan Gabriel Castro
Después de romper el circuito en la pasada campaña regular con el mejor récord general gracias a 43 victorias y 25 derrotas en 68 juegos disputados, Juan Gabriel Castro falló en la Postemporada.
Sin embargo, antes de su segunda ronda decisiva, los números del ex jugador de los Dodgers de Los Ángeles fueron espectaculares:
- Mayor cosecha de puntos con 19.
- 16 victorias consecutivas en el Estadio Sonora durante la segunda vuelta.
- Mánager del año.
Parecía que la historia podría cambiar en su segunda temporada al mando de la Escuadra Naranja, pues en la 2021-22, clasificó a los playoffs gracias a una cosecha de 14 puntos, pero se fue en la primera ronda ante los Sultanes de Monterrey.
No obstante, después de superar a Venados de Mazatlán en una complicada primera serie de Postemporada gracias a cuatro victorias en seis juegos, se fueron ante los Algodoneros de Guasave al perderse por completo sobre el diamante.
“Muchas caras nuevas y conocidas también, pero contento de estar de regreso, de verlos a todos allí en el campo y esto solo es el principio de algo grande este año”, comentó Castro en las redes oficiales del equipo el 6 de septiembre, en el inicio de la pretemporada de este año.
Por lo pronto, en sus primeras dos series, Naranjeros ya sumó su primera victoria y misma cantidad de descalabros, siendo este último en casa ante los Yaquis de Ciudad Obregón con una mala actuación de su pitcheo en la quinta entrada.
Un total de cuatro hits (con jonrón incluido) y dos bases por bola, marcaron la pauta en dicho episodio con un rally de cinco carreras que, a la postre, abonó a la pizarra final de 8-6.
Aunque no lo hizo del todo, sí opacó la gran actuación en el duelo inaugural frente al mismo equipo de Obregón que sufrió dos entradas de poderosa ofensiva con un rally de tres carreras en la primera, y de cuatro en la tercera para un final de 12-5.
La obligación del título
Por ser un equipo de prosapia y entendiendo la obligación de terminar una sequía de casi una década sin título, Juan Gabriel Castro y sus pupilos tendrán que saldar la cuenta pendiente en esta temporada 2023-24.
El plantel es uno de los mejores del circuito con la adición de un viejo lobo de mar: Agustín Murillo, quien tras jugar ocho años con los Charros de Jalisco, reforzó a esta novena y, desde los primeros partidos, ya se encargó de responder:
- 10 apariciones al bat.
- 4 hits.
- 1 doblete.
- 2 carreras impulsadas.
- 1 carrera anotada.
- .400 de promedio de bateo.
Quien también se lució en estos dos primeros juegos fue Alfonso Rivas el pasado sábado 14 de octubre con una noche perfecta de 3-3, con un triple incluido y una carrera anotada que lo mantiene con un porcentaje de bateo de 1.000.
Sin embargo, tampoco podemos dejar de lado la sólida actuación de Juan Pablo Oramas en el juego inaugural al recibir tres hits, permitir solo una carrera y otorgar dos bases por bola contra cuatro ponches en cinco innings de trabajo que colaboró para una efectividad de 1.80.
Y, eso sí, tampoco nos olvidemos del caballete llamado Wilmer Ríos, quien tras su participación en los próximos Juegos Panamericanos con México, seguramente regresará con este equipo tras una marca de 9-2 y 1.84 de efectividad en 83.0 innings de trabajo durante la pasada campaña.
Que no nos sorprenda si vuelven a romper la LMP en su fase regular…
Pero lo importante será, sin duda, su valía en la Postemporada porque, de quedar otra vez eliminados, será un auténtico FRACASO.
La incógnita
Isaac Paredes, el infielder de los Rays de Tampa Bay que la rompió en 2023 con 123 hits (24 dobletes), 31 jonrones y 98 carreras impulsadas con un promedio de bateo de .250, aún es una incógnita en la LMP.
Aunque en semanas anteriores publicó una historia en Instagram donde hacía énfasis en su regreso con la novena hermosillense, su caso aún está lleno de incertidumbre al no saber si la organización de la MLB lo dejará jugar en invierno.
PD: Vaya que, si nos ponemos exigentes, Naranjeros tiene a dos de los mejores pitchers mexicanos del momento y eso, no es poca cosa, eh.
-El Dugout del Gabo.