En la mitología griega, existe la creencia de 12 dioses que vivieron a modo de antiguos jefes en un palacio situado en la cima del Monte Olimpo, que en realidad, es el monte más alto de Grecia.
Atenea, Poseidón, Artemisa, Apolo, Deméter, Hester, Afrodita, Hermes, Hefesto y Ares figuraban en una lista donde el protagonista era uno solo: Zeus, conocido como el Dios del Trueno al controlar el clima y ofrecer señales y augurios.
El deporte, fiel a ese estoicismo que apela a lo espiritual y reta a lo mundano cuando la adversidad más amenaza con esfumar todo lo trabajado, bien puede ser analogía de este rico conjunto de relatos, mitos y leyendas de la Antigua Grecia.
Esto crece cuando hablamos del apodado “Rey”, aquel que supera en estadística al popular como el futbol, reta en velocidad e inteligencia al basquetbol y futbol americano, y compite en la perfección frente al tenis.
La dificultad es similar en todas partes del mundo en las cuales se practica en el beisbol, pero a la hora de hablar de las Grandes Ligas, la connotación es mayúscula por ser una tierra prodigiosa donde solo los dioses pueden lograr trascender de verdad.
Bryce Harper, Mike Trout, Juan Soto, Aaron Judge, Ronald Acuña Jr., Mookie Betts, Freddie Freeman, Gerrit Cole, Clayton Kershaw, Blake Snell y Logan Webb, son algunos de los dioses que militan en este Olimpo llamado Grandes Ligas.
Sin embargo, todos son eclipsados (hasta cierto punto) por el protagonismo y sapiencia de un hombre determinante que es capaz de hacer entendible lo complicado: Shohei Ohtani.
Sí, tal vez en 2024 no lo veremos lanzar por esa lesión en uno de los ligamentos del codo a finales de agosto de este año, pero es toda una realidad que reta y supera lo mundano y cotidiano de este deporte.
Las cantidades abundan y se eclipsan a sí mismas. Algunos hablan de 600 millones de dólares, otros ahondan su precio por debajo de esa cifra o incluso poco más de la misma. No se sabe a ciencia cierta de cuánto será la suma, pero creo que eso está demás: Ohtani lo vale.
Un contexto en donde el protagonista bateó en una misma temporada para .304 gracias a 151 hits, 44 jonrones, 95 producidas y 102 anotadas, además de 20 bases robadas y un OPS de 1.066; y que, por si fuera poco, ganó 10 juegos y perdió cinco desde el montículo con un registro de 167 ponches, un WHIP de 1.061 y una efectividad de 3.14; creo que lo que menos importa es el dinero.
Sea lo que vaya a desembolsar cualquier club, será proporcional a la calidad de este ENORME pelotero japonés ya no solo dentro del diamante, sino fuera del mismo.
Y es que en esta temporada baja, dio cátedra de cómo analizar y negociar con las organizaciones interesadas en hacerse de sus servicios.
De acuerdo a múltiples reportes, la discreción ha sido la esencia total de Ohtani, un jugador al que no le gustan las polémicas y, en consecuencia, la presión y hostigamiento de los medios de comunicación.
Por esta razón, de haberse filtrado una situación de negociación entre cualquier club, él lo descartaría por completo en su decisión final. Así de meticuloso y prevenido.
Con un WAR de 10.0 en 2023 y los reflectores de la prensa, el principal de los dioses del Olimpo llamado Grandes Ligas es un caso único al ser capaz de mantener los ojos bien abiertos de aficionados y periodistas en torno a una simple palabra: el nombre de su nueva franquicia.
Esta semana lo sabremos
De acuerdo a John Morosi, esta misma semana se conocerá el nuevo destino del pelotero japonés, quien es el Agente Libre más codiciado de toda la MLB.
Al día de hoy y según Bob Nightengale, los Cachorros de Chicago ya se bajaron de la contienda y solo quedan cuatro equipos:
- Los Ángeles Dodgers.
- Azulejos de Toronto.
- Angelinos de Anaheim.
- Gigantes de San Francisco.
¿Quién se quedará con este fenómeno?
Ya nos carcomen las ansías por saber…
PD: Tan grande e influyente es este dios que olvidamos en este momento a Blake Snell, Cody Bellinger, Harrison Bader y Joc Pederson, entre otros, como unos de los dioses más deseados de esta temporada.
-El Dugout del Gabo.