León.- Hace 14 años, la manopla, la víscera y el bate de aluminio, Renata Tovar comenzó un sueño profesional construido entre el crujir de los macanazos y la brisa tierrosa de los campos capitalinos. 

Hoy, con 19 años de edad, la franela, analogía de lo impecable por su resaltante color blanquecino, es de un equipo totalmente profesional y lo amateur, que la acompañó durante un largo proceso, ha quedado en el olvido. 

Muy orgullosa de verla con el uniforme puesto, de que sea parte de esto tan histórico para el país. Estoy que no puedo de la emoción porque es un sueño hecho realidad”.

Con un determinante brillo peculiar en sus ojos fue como salieron expulsadas las anteriores palabras de Beda Pérez, mamá de Renata que acompañará a su hija durante una travesía de 12 series y cinco estados de la República Mexicana. 

La acompañaremos hasta donde tope, pero eso sí: yo veo a las Bravas de León como campeonas”. 

Así, junto a su esposo y un graderío de tercera base impulsado por la ambientación de la Esquina Brava, disfrutará de un sueño que también es el suyo.

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