Se llama María Dolores de la Fuente, tiene 31 años de edad y después de practicar el softbol desde los 12, hoy debuta profesionalmente con las Bravas de León.
Desde Coahuila hasta el Bajío, los miles de kilómetros de viaje se quedan cortos ante la emoción que emana ser parte de una historia sin precedentes en la República Mexicana.
Es indescriptible, todo el sacrificio que hemos hecho tiene hoy su recompensa y me siento contenta, entusiasmada y todo, todo, emoción nada más”, describe su sentir Ana Laura de los Santos, fanática número uno de María e impulsora principal de si carrera por una sola cuestión: es quien la vio nacer, crecer y cumplir su sueño más grande.
“Acá seguiremos con nuestra hija, acompañándola a todos lados y, primero Dios, nos vemos este mismo fin en Jalisco”.
En una tercera base donde el griterío imperó con la comodidad de las butacas azules y el crujir de los tambores, Ana Laura, junto a su esposo, yerno y nietos, disfrutará como nadie el orgullo de ver cumplir el sueño de su vida a su hija María, quien desde el pasado diciembre, es jugadora profesional de la Liga Mexicana de Softbol (LMS).