En su visita a Monterrey, las Bravas de León fueron barridas por tercera ocasión en la Liga Mexicana de Sóftbol (LMS). Son ya seis derrotas en fila y es una obviedad que la preocupación en la institución y su afición es mayúscula.
Se intenta y se lucha con bravura, pero el buen resultado nomás no llega. Como lo he dicho en reiteradas ocasiones: calidad existe en el roster, sin embargo, falta conjunción y fiereza a la hora de ajustar desde el primer lanzamiento del rival.
En el último partido de la serie ante Sultanes Femenil, fallaron en el momento oportuno.
Con el juego en el alambre, al existir solo una carrera de diferencia, había solo un out en la apertura del sexto rollo y se tenía dos corredoras en las esquinas, pero un toque de sacrificio y un batazo dentro del cuadro que terminó en una jugada de selección, diluyeron la oportunidad de emparejar las acciones.
A la postre: Sultanes culminó el juego con un ataque de cinco carreras.
Es indudable que la paciencia es primordial dentro de un proceso, pero esta temporada, tan corta es un desarrollo, no otorga tantas bondades.
Este juego se trata de ganar, y si bien estoy seguro que el deseo de cada una de las jugadoras es clasificarse a la siguiente ronda, el panorama luce demasiado complicado y no queda más remedio que seguir, seguir y seguir.
Porque quizá no llegue a ser en esta temporada, pero bien puede ser en la que se siembre el éxito del futuro.
Sin más que decir por hoy, ojalá que llegue pronto la primera victoria de las Bravas de León.
¿Será en el séptimo juego de la temporada que se disputará en la capital del país?
-El Dugout del Gabo.