El astro rey impone su luminosidad en su punto más álgido del día y le da brillo a un ambiente terroso. Es el comienzo de un nuevo Rally, y aunque no es el de talla mundial que penetra y entusiasma, emociona y exalta. 

El sentir inicia y evoluciona en el centro del corredor industrial: Romita, que es zona agavera y de cascos de hacienda. Es el lugar donde se observa y se disfruta el primer desgaste de neumáticos y el primer ensucie de carrocería de los 37 automóviles que le dan vida al Rally de las Naciones 2024, donde se desprecia el individualismo y se premia el compañerismo. Se reconoce al corredor más rápido, pero se premia con el título al equipo que más puntos haya recabado en tres días.

Hoy, en el primero, dentro de la terracería de San Clemente, la población se sumerge y se entrega por completo al crujir de los motores y el sonar de los vítores. Y es que, a diferencia de un año, el ambiente es distinto. Ya no es el soso que existió en 2023, cuando el WRC debutó en el territorio agavero. 

Con cigarrillo en mano derecha y michelada en mano izquierda, David Sánchez lo reafirma y lo resalta junto a sus familiares y amigos, quienes coinciden con asentimiento. 

La anterior estuvo muy, pero muy mal: fue en lunes y casi nadie pudo venir, además de que, a las ocho de la mañana, ya estaban corriendo. No se disfrutó para nada y este, así en la tarde, se vive distinto con toda la familia”. 
Más allá de admirar la capacidad de pilotos como Mads Ostberg, Niki Schelle, Julien Ingrassia y Ricardo Cordero, David es el reflejo de lo significativo que es para la mayoría de los habitantes atestiguar el evento. 

 

Es un desestrés, casi todos trabajamos de lunes a viernes, y a veces, los sábados, entonces el poder convivir y estar entre más gente es muy maravilloso”.

Y es que el resplandor no responde a minimalismos: solo conoce los engrandecimientos y Karina Arias lo confirma. Arrepentida por no cargar con una silla, atestigua su primera experiencia en el rallismo parada debajo de la sombra de un árbol. 
Mientras se carcajea junto a su hermano, admite la novedad en el presente. 

Es muy bonito porque la gente puede convivir, más que todo, es la convivencia. Hay buena competencia, pero creo que nada se compara al poder entablar conversación”. 

Por esas y múltiples razones la nostalgia y felicidad llega a instalarse en la mente de los asistentes, tal como sucede en la de José Pérez, quien se dice contento y entusiasmado por ser parte de algo único en su lugar de nacimiento. 

Ojalá que se sigan trayendo eventos aquí porque estar es una chulada. Es algo de lo único que podemos tener de distracción aquí y es invaluable”.

Entre música, cerveza, tierra y comida, el resplandor del Rally de las Naciones llegó a Romita y marcó el inicio de su tercera edición, justo ocho horas antes del tradicional arranque en la Alhóndiga de Granaditas.

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