Mariangel Barbosa, de 21 años de edad, se ha convertido en la pelotera más productiva de las Bravas de León en la primera temporada de la Liga Mexicana de Sóftbol (LMS). Sus números son aclamados y demuestran gallardía, intensidad y orgullo por vestir la franela de las cuereras.  

Su promedio está arriba de los .300 y todo es gracias a la imposición de un juego empático que prioriza el éxito colectivo con más de 10 sencillos, dos bases robadas, cuatro bases por bola y más de seis carreras impulsadas. 

Todo esto es un premio a la constancia y persistencia en un trayecto profesional que comenzó a los cuatro años de edad y se consumió a los 20 con su actual incursión en este circuito. Oriunda de Ciudad Madero, Tamaulipas, recuerda sus inicios en el  mundo donde el crujir del bate es sinónimo de alcanzar el paraíso. 

“Empecé en el beisbol desde los cuatro años, pero, a la par, también comencé en la gimnasia rítmica. Luego, más adelante, como a los siete, empecé en el jazz que es un deporte como de porrista o danza. Sin embargo, mi vida siempre siguió ligada al beisbol”. 

Siguiendo los pasos de su hermana, Naomi, quien es casi cinco años mayor, jugó al Rey de los Deportes junto a niños hasta los nueve, cuando hizo la transición al sóftbol. Invitada a un torneo nacional en Monterrey, Mariangel vivió el primer punto de quiebre de su vida al darse cuenta de que su destino estaba compuesto de una peculiar analogía: desayunar, comer y cenar sóftbol. 

“Yo amo bailar, ser porrista y cantar, pero puse la balanza en muchas cosas y por el apoyo que vi en el sóftbol, me quedé con él en prácticamente todo mi proceso de adolescencia. Fui creciendo muchísimo y pues aquí estamos”. 

Mariangel, contenta, antes de un juego de Bravas en casa. 

Asistente a diferentes competiciones regionales, estatales y nacionales, no dejó de superarse personalmente en cada uno de los equipos a los que representó. Al igual que su hermana, se marchó a Estados Unidos con una beca que le ayudó a aumentar su bagaje cultural y profesional. Diferentes tradiciones y costumbres, además de un nivel sumamente competitivo, fueron factores que la transformaron en su totalidad como pelotera durante dos años, pues regresó a Monterrey para finalizar su preparatoria. Fue allí, en su país de nacimiento, donde pudo alcanzar una experiencia incomparable a nivel personal y profesional. 

Con apenas dos décadas de vida, su recorrido internacional es envidiable. Su currículum es extenso y es capaz de presumir algo que pocos deportistas de alto rendimiento pueden alcanzar: asistir a unos Juegos Panamericanos

En representación de su país, vistió con orgullo el tricolor durante seis días, en donde se quedaron cerca del podio con un agridulce cuarto lugar. 

“Ya estás en las Ligas Mayores porque es lo mejor de lo mejor, nos enfrentamos a Estados Unidos, Canadá, Puerto Rico y Cuba y siento que estos torneos fueron claves para alcanzar madurez mental. Aunque no tengo la titularidad en la selección, no me he detenido porque siempre voy más allá y también aprendo muchas cosas en el dugout”.

En el debut concentrada junto a sus compañeras. 

Dos meses después, siguió escribiendo una historia de éxito. Sin presentarse a los tryouts por su compromiso en Chile, Mariangel fue elegida por las Bravas de León en el Draft de la LMS que se realizó el 7 de diciembre del 2023. 

“Estaba en un examen y me tocó estar con un audífono, el teléfono a un lado y contestándole (risas). Fue algo muy emocionante y el estar escuchando desde el principio cómo también mis compañeras fueron seleccionadas, me provocó felicidad por mí y por ellas porque todas hicimos historia”. 

Pero escribir un relato con letras de oro no es fácil. El estar lejos de casa es algo difícil de sobrellevar, sin embargo, crear una familia en otra tierra es un aliciente muy afectivo que evoca empatía y felicidad a las peloteras, tal como lo siente Mariangel y sus colegas. 

“Ha sido algo cansado porque a veces ni siquiera dormimos en cama, lo hacemos en el autobús y luego nos tenemos que levantar, andar a las ‘carreras’, cambiarnos rápido e ir a calentar. Han sido altas y bajas, pero han sido experiencias inimaginables. Desde el día uno hemos formado una familia y eso nos ha ayudado a seguir adelante”. 

Mariangel en un juego disputado en casa ante Tabasco el 11/02/2024.

La responsabilidad de ser la pelotera más efectiva del club no habría sido posible sin el respaldo de sus compañeras, pues consciente de que es un deporte colectivo, no escatima en esfuerzos y sabe que, si no sale en su día, tiene a compañeras en las cuales confiar. 

“Es un respaldo y apoyo recíproco, más allá de los números, una palabra de aliento o un consejo, creo que es más bonito que las estadísticas porque es ser una líder en toda la extensión de la palabra”. 

Aunque acepta el cansancio de lanzar en algunas ocasiones, refuerza el sentir de dejar el alma en el diamante por el equipo. Sobreponiéndose a la lucha mental de que a veces los triunfos no llegan y las derrotas sofocan, Mariangel Barbosa, quien ve el sóftbol como su vida, se despedirá de este sueño a inicios de marzo, cuando se termine la temporada regular en Tabasco contra las Olmecas. 

Hogareña por naturaleza, amante del baile y del voleibol, y aficionada de los Astros de Houston, manda un mensaje emotivo a todos aquellos que la han apoyado en el camino para cumplir un sueño que está por llegar a su final. 

“Le dedico esto a mi familia que siempre ha estado allí y a mi novio, Isaac Medina, porque es mi entrenador de bateo y me ha ayudado a crecer bastante. En general, siempre gracias a todos por estar”.

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